lunes, 7 de junio de 2021

En el Perú no hay una lucha de clases hay una masacre de clases

 

En el Perú no hay lucha de clases hay una masacre de clases

Entre la mano dura y la mano blanda

1 000 muertos todos los días, que no mueren por el covid sino por la falta de oxígeno, por el colapso de los hospitales, por la imposibilidad de poder hacer una cuarentena y cuidarse, por la falta de comida, agua y una vivienda digna.

Esta masacre de clases donde los ricos matan al pobre, violan a sus hijas, las esterilizan, criminalizan su protesta, su trabajo informal, ha habido siempre solo que en la pandemia crece exponencialmente, a un punto que ya no puede ser ocultada.

Por lo mismo quedan dos opciones a elegir seguir viviendo del chorreo de los ricos como perros debajo de su mesa, o luchar por nuestra dignidad, lo cual inevitablemente nos lleva a un contexto de guerra.

El debate entre Veronika Mendoza y keiko Fujimori, no es un debate democrático, se encuentra en el límite, Keiko ha hablado claramente de una mano dura, lo cual quiere decir que matara a todos los jóvenes que salgan a protestar como ocurrió cuando estuvo Merino, y con el gobierno de Sagasti y las protestas de los agricultores, eso es inevitable.

El estado Fujimorista se cae a pedazos y se necesita de la violencia para mantenerlo porque ya es mucha la población que no creen en él, así entre alguien de centro o algún populista, solo alargaran el tiempo de agonía de un estado ya muerto y con la tendencia en latinoamérica por las izquierdas tarde o temprano caerá el estado neoliberal, al menos que radicalice el neoliberalismo con un datismo como en la propuesta de Hernando de Soto el cual le puede dar al sistema si logra unir la información informal con la formal, bastante aire, logrando capitalizar nuestros recursos, claro que ya no serían nuestros sino del gran capital.

Pero si Verónika Mendoza cree que podrá hacer un cambo con mano blanda, o nos está mintiendo a todos, o se esta mintiendo a ella misma, ella dice que se necesita un nuevo pacto social y eso es lo más profundo políticamente hablando. Ella dice vamos a expropiar el oxígeno porque estamos en una emergencia, vamos a tener una vacuna universal y gratuita, negándose a la participación de los privados, pero para hacerlo va a tener al igual que Keiko que salir del estado democrático e imponer su posición.

¿Se puede logra esto sin una guerra?, ¿Sin muertes? Claro que si al estilo Vizcarra con una gran campaña de comunicación, con una guerra de imaginarios haciendo del enemigo el ser cruel y malo y uno del salvador y convenciendo a la gente, pero ahora es más difícil creer en esos cuentos y de los dos lados más allá de Verónika y de Keiko están dispuestos a la batalla, la demagogia, la mentira, solo retrasaran muy poco la tragedia inminente.

¿Hay alguien capaz de conciliar estas dos posiciones y salvar la democracia?

Después de 7 presidentes corruptos y una pandemia con más de 100 mil muertos no.

Lo que hay son oportunista y demagogos, basta con escuchar a Forsyth y su impericia, o la promesa caviar de Guzmán de tener un mejor sistema de salud de acá a 5 años, ninguno con la capacidad de lograr una reconciliación nacional y las heridas que ha dejado la pandemia y la corrupción son enormes, la clase dirigente acostumbrados a entretener a la gente y confiados en la memoria frágil que ellos han formado en el pueblo, dirán que no pasara nada y que pueden seguir matando a los jóvenes y campesinos que salgan a protestar, pero no será así, es otro contexto histórico y la globalización capitalista hace agua por todos lados, las crisis que viene con el calentamiento global no le darán mucho respiro al sistema.

No es tiempo de centros toca tomar una opción ir por la derecha y sostener el estado neoliberal basándonos en la inversión privada o ir por el estado yendo a una socialización real desarrollando nuestras fuerzas productivas.

Al final las dos opciones fracasaran, porque la empresa privada siempre velara por sus intereses pase lo que pasa sin ninguna identificación con el país, han visto morir a miles de personas sin parpadear, perdiendo toda humanidad, convirtiéndose de tecnócratas en ciborgs y por el otro lado los tecnócratas de izquierda que entren al estado están corruptos sin capacidad de integrarse, si su base es la lucha de clases habría cierta integración como sujeto histórico pero hace tiempo que la izquierda no es ni dialéctica, ni materialista, su base es pos estructural, por lo mismo no tienen ninguna ontología que les permita ver la realidad o fundamentar una ética solo procesaran cifras y tarde o temprano amañaran las cifras y sacaran su tajada.

El problema es mucho más profundo estamos en una pos humanidad y la única manera de resistir este tiempo es reconociendo a la gente que realmente ha sido humana en la pandemia esa que no quiere el poder, pero que realmente ha servido.

Más si las reconocemos para hacer demagogia las habremos corrompido también y entonces no quedara nada.

Es solo en esas personas que la derecha y la izquierda pueden conciliarse y refundar un país que la mano dura y la mano blanda pueden llegar a ser un solo cuerpo, es para estas personas que trabajamos el concepto de arca de libertad de biodramaturgia, de comunismo complementario.

 

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