« Y sobre él reposará el Espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de poder,
El árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la
vida
Continuó él, y me dijo: Esta es la palabra del SEÑOR a
Zorobabel: No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu—dice el SEÑOR
de los ejércitos. (7) ¿Quién eres tú, oh gran monte? Ante
Zorobabel, te convertirás en llanura; y él sacará la piedra clave entre
aclamaciones de '¡Gracia, gracia a ella!'
Lucho y un heraldo viene a mí con su caduceo
Es hora de detenerte
Conozco lo que busca
Deseas la coincidencia de opuestos
¿Qué número de
conversación con el diablo es esta? Pienso
Lo mismo le dijo a los egipcios a los hindus y a los mesopotámicos:
EL CADUCEO ORIGEN Y
SIGNIFICADO.
Si hablamos de símbolos antiguos compartidos por
diferentes culturas necesariamente debemos mencionar al símbolo comúnmente
conocido como Caduceo. El origen mitológico del símbolo se remonta al mito de
Hermes (el dios Mercurio de los romanos), hijo de Zeus y de la ninfa Maia, que
en el monte Citerone se topó con dos serpientes que peleaban entre sí. Cuando
Hermes, para poner fin a la lucha, lanzó una vara de oro que Apolo le había
dado entre las dos contendientes. Las serpientes, se enroscaron alrededor de la
varita y nació el Caduceo. Según refiere otra historia de su origen, Apolo
regalo dicha vara, a Hermes o Mercurio, para terminar una disputa que se había
suscitado entre los dos, mientras que Mercurio le dio su lira de siete cuerdas.
Otros afirman que Rea, para evitar las impertinencias de Júpiter, que estaba
enamorado de ella, se transformó en una culebra, pero que el dios no menos
astuto tomo la forma de serpiente, y que Mercurio los unió.
Así el Caduceo de Hermes o Mercurio: es la vara en
la que se encuentran entrelazadas dos serpientes, y posee dos pequeñas alas. Se
llama así por la palabra latina cādūceus que es una adaptación del griego
κηρύκειον kērukeion, que significaria algo como "bastón de heraldo",
derivado de κῆρυξ kērux, "mensajero, heraldo". Según el mito tenía la
virtud de apaciguar las discordias. El Caduceo ha adquirido muchos significados
simbólicos, de una forma u otra relacionados con las funciones versátiles de
Hermes. Vemos la base mitológica de la idea del Caduceo como un signo de
consentimiento y reconciliación está asociada con las historias de Hermes que
lo recibió de Apolo después del final de la disputa, así como sobre las
serpientes que dejaron de pelear. En los tiempos modernos, la figura del
caduceo se representa como un símbolo del comercio, con Mercurio siendo el dios
del comercio y la negociación. Se utiliza como emblema en varias instituciones
dedicadas al estudio y la enseñanza de las ciencias contables.
CADUCEO EN LA HISTORIA.
El Caduceo como uno de los símbolos más antiguos
es común a diferentes civilizaciones, lo encontramos en Cartago, por ejemplo,
cerca de los fenicios, los hititas, los judíos, los egipcios. En la antigua
Roma, el caduceo se convirtió en un atributo integral de los embajadores
enviados a un campamento enemigo. La persona que llevaba el caduceo en el
desempeño de sus deberes era percibida como una persona inviolable. La imagen,
de las dos serpientes retorcidas alrededor de una vara adornada con alas, fue
encontrada, además de los templos grecorromanos, en tablillas de la India
llamadas nagakals, pertenecientes a la antigua civilización védica. Los
hallazgos arqueológicos más antiguos son una copa perteneciente al rey Gudea de
Lagash, en la confluencia de los ríos Tigris y Éufrates, sobre los que está
claramente grabado el símbolo.
Se atribuyó el bastón mágico como emblema a Hermes
Trismegisto, mítico antepasado del arte mágico tradicional, entendido del
conocimiento universal en todas sus aplicaciones: medicina, derecho moral,
filosofía, religión, ciencias naturales, matemáticas, etc. El mito de Hermes
Trismegisto se remonta a la civilización egipcia, luego es tomado por la
mitología griega que lo funde con el dios Hermes y luego se convierte en
Mercurio con los romanos. Así el Caduceo es el atributo propio de Mercurio,
mediador entre los dioses y los hombres, algunas veces también se representa a
Baco con el caduceo por que había reconciliado a Júpiter con Juno. Los poetas
atribuyen grandes virtudes al caduceo; pues dicen que Mercurio se servía de el
para conducir a las almas a los infiernos, abogar en favor, castigar a los
vientos y disipar a las nubes.
Homero en la Ilíada (canto XXIV) describe el uso
de Hermes de Caduceo como sigue:"calzóse al instante los áureos divinos
talares que le llevaban sobre el mar y la tierra inmensa con la rapidez del
viento, y tomó la vara con la cual adormece los ojos de cuantos quiere o
despierta a los que duermen".. En los himnos homéricos (III, 529) el
hermético caduceo es llamado "dorado", y tiene la virtud de fascinar
a los ojos de los mortales y de dormirlos, de atraer a los muertos del
inframundo, de transformar los objetos tocados en oro. Es también un símbolo de
prosperidad y paz entre los romanos. Sostenido por la mano de una matrona,
simboliza, la felicidad, la paz, la concordia, la seguridad, la fortuna. En
algunas medallas se ve al caduceo en la mano de Hércules, de Ceres, de Venus y
de Anubis. Los romanos para simbolizar la buena conducta se valían de un
caduceo, en el que el bastón o vara denota el poder; las serpientes la
prudencia, y las alas la diligencia; cualidades necesarias para salir bien de
todas las empresas.
Aún hoy, en el ministerio pastoral de las Iglesias
Cristianas Ortodoxas, se utilizan báculos con la forma del caduceo, tienen
forma de T y termina con dos serpientes una frente a la otra, a veces coronadas
por una cruz.
SIMBOLISMO ESOTÉRICO DEL CADUCEO.
En el Oriente, el símbolo de las dos serpientes
enroscadas a la vara se refleja en las dos corrientes, Pingala e Ida, que están
envueltas en Merudanda: la primera es roja, cálida y seca, comparada con el Sol
y el Azufre Alquímico, mientras que la segunda, Ida, es fría y húmeda como el
Mercurio Alquímico y se correlaciona con la Luna por el tono de plata pálida.
Es significativo que la enseñanza tántrica también coloque el símbolo en
relación a los mecanismos del universo y del cuerpo humano: en esta
perspectiva, las dos serpientes representan la fuerza primordial (Kundalini)
que se eleva desde el fondo de la espalda para elevarse a través de la columna
vertebral a través de los diversos chakras, hasta la fuente del cráneo, asiento
de pura energía de la cual brota el espíritu evolutivo del hombre.
Según la cultura oriental, el caduceo ilustra
claramente el concepto básico del Cuerpo Sutil. Las energías ascendentes
agitadoras de las serpientes producen un vórtice de poder que se usa en el
Tantra para la transformación personal. Las dos serpientes están asociadas con
las inmensas energías solares y lunares y representan el lado derecho e
izquierdo del cuerpo. Se cruzan entre sí y atraviesan continuamente el Gran Río
Central.
Simboliza también para estas corrientes; la
primacía de la inteligencia, que se coloca sobre la materia, para dominarla por
medio de la sabiduría. Las dos serpientes que se entrelazan son vistas como
símbolo de la polaridad de la bondad y del mal en equilibrio. En este
entretejer la serpiente macho, de descendencia solar, se coloca a la derecha, mientras
que la hembra, de descendencia lunar, se coloca a la izquierda.
El Caduceo indica la capacidad de reconciliar
opuestos, creando armonía entre diferentes elementos como agua, fuego, tierra y
aire. Por esta razón también se utiliza este símbolo frecuentemente en la
alquimia como indicación de la síntesis de azufre y mercurio.
Referido al Universo, indica la capacidad de
dominar el caos y poner orden en él, creando armonía entre las diferentes
tendencias que giran en torno al eje del mundo (Axis mundi). Metafísicamente,
representa el descenso de la materia primordial a la materia gruesa.
Referido al cuerpo humano, indica el poder
taumatúrgico de alguien que es capaz de traer armonía a un organismo enfermo.
En nuestros días lo vemos a menudo usado en vez del palo de Asclepio, asociando
el caduceo con la medicina, especialmente en los Estados Unidos.
*
Copiado de la M.•.R.•.G.•.M.•. Angie Montiel
Zenil, 33º.
Y luego de ver con mis
hijos a la cultura Chavin y se saber lo que pasara con los mochicas ,hasta
llegar al gran Wiracoha , se la cantidad de sangre que necesita una
civilización para lograr la levedad del ser https://www.youtube.com/watch?v=RRUpgjP8cN4
https://www.facebook.com/jojo.kim.96558/videos/508804208077557
https://www.facebook.com/jojo.kim.96558/videos/746263100492157
https://www.facebook.com/jojo.kim.96558/videos/1389523978290175
Y oro ,
profundamente del vientre de Baphomet se
da El colapso
(o la integración) de los opuestos
Para el ocultismo, las distintas
encarnaciones y representaciones del Demonio ("satanas", el
Enemigo) nos recuerdan el antiguo principio iniciático, presente en todas las
culturas, de que "lo que es arriba es abajo". El macrocosmos y el
microcosmos de los alquimistas, al igual que la fórmula mágica solve et
coagula hablan de un reencuentro de lo negado, de lo censurado y lo
desconocido. Los dos dedos de la mano derecha apuntando al cielo se
corresponden con el gesto de la izquierda, que apunta a la tierra.
El caduceo en el vientre de Baphometh
pertenece al dios griego Hermes, encargado de la comunicación, los viajes, los
negocios, y que guarda por igual entre mensajeros y ladrones. Para Greaves
simboliza "la reconciliación de los opuestos --tal como tener un monumento
satanista en oposición a uno cristiano".
La cruz invertida y el pentagrama son
algunos símbolos fácilmente reconocibles desde la cultura popular en asociación
con el satanismo; representan simplemente la inversión de un punto de vista por
otro. Aún faltan dos inscripciones para terminar la estatua; una en el frente
dirá: "El espíritu de la compasión, la sabiduría y la justicia siempre
debe prevalecer por sobre la palabra escrita o hablada", uno de los
preceptos más importantes de los satanistas; en la espalda llevará una cita del
poeta romántico Lord Byron, proveniente de la obra Caín, que reza:
"¿Entonces quién era el Demonio? ¿Aquel que no te dejaría vivir o aquel
que te haría vivir para siempre, en la gracia y poder del conocimiento?".
El tercer "cuerno" en la
cabeza de Baphometh representa la antorcha del conocimiento, según la describió
Levi. En otras representaciones del demonio puede llevar dicha antorcha en una
de las manos. El rostro de macho cabrío también puede ser el de una bella
mujer, una máscara u otro animal.
No se sostiene, porque tu poder es
engaño y tú fuerza violencia, en eso has constituido a toda la civilización,
Dios santo permíteme la entrada al árbol de la vida perdona la inversión de Cristo
en mí, convierte su muerte en resurrección, convertido el devenir en ser por el
poder del amor, le podemos decir al loco Dios ha resucitado
El Marqués de Sade fue un personaje
excéntrico. Su verdadero nombre era Donatien Alphonse François de Sade, nació
el 2 de junio de 1740 en el seno de una familia de la nobleza francesa. Fue el
primero en escribir con rigurosidad científica todas las aberraciones sexuales
que más tarde analizaría la psiquiatría. Sade se adentró en la perversión y
expresó algunos de los pensamientos que vertebrarían en el siglo XX.
Habló de la naturaleza en términos de
evolución un cuarto de siglo antes de que lo hiciera Darwin y relató sus deseos
más irracionales cien años antes de que Freud postulara la existencia del
inconsciente.
En la época que le tocó vivir, la
sociedad francesa atravesaba por un período de extremo libertinaje. El propio
Luis XV había edificado burdeles privados en los parques reales y contaba con
un gabinete dedicado a organizar orgías.
Como la mayoría de los jóvenes
aristócratas, Sade frecuentaba los burdeles parisinos aún después de haber
contraído matrimonio - a los 23 años y por deseo de sus padres - con una noble
acaudalada, Renée-Pélagie de Montreuil.
Meses después de la boda, en 1763,
tuvo que pagar los excesos que cometió con las jóvenes de un burdel con dos
penas de prisión. No sería la última vez que entraría en prisión. Sade alternó
los barrotes y escándalos toda su vida. Se pasó casi treinta años en once
cárceles distintas. Fue precisamente la privación de libertad lo que le empujó
a escribir las obras que lo harían famoso, ya que a través de sus personajes
podía llevar la vida que ansiaba.
Entre 1778 y 1789 estuvo preso en la
Bastilla, acusado de envenenamiento, sodomía e inmoralidad, dichos años fueron
los más prolíficos en lo que a producción literaria se refiere. Confinado en
una torre, dio vida, en un pequeño rollo que escondía entre los ladrillos, a
uno de sus más conocidos infiernos, la novela 120 días en Sodoma.
También completó el primer esbozo de
Justine o los infortunios de la virtud, su obra maestra, donde relata todo tipo
de torturas, vejaciones sexuales y rituales de extrema crueldad.
En 1789 estalló la Revolución
Francesa y se liberó a los presos de la Bastilla. Tres años más tarde lo
nombraron secretario del club Jacobino, coincidiendo con el comienzo del
reinado de terror de Robespierre (1793-1794). Sin embargo, pronto abandonó la
actividad política, horrorizado por las miles de ejecuciones indiscriminadas.
En este período, Sade realizó incursiones en la literatura política. En 1795
publicó La Filosofía en el tocador.
Luego, en 1801 apareció un panfleto
anónimo que satirizaba al partido en el poder. Sade fue detenido el 6 de marzo,
cuando visitaba a un editor para proporcionarle nuevos manuscritos. Fue
encarcelado, sin juicio como autor de la infame novela Justine. Poco después
fue trasladado a Bicétre, una institución entre cárcel y manicomio en la que
convivían locos, prostitutas, mendigos y criminales. Allí le diagnosticaron
"demencia libertina".
Allí pasó el resto de su vida,
privado incluso de la libertad de escribir. Murió arruinado y marginado por la
sociedad el 2 de diciembre de 1814.
Imagen. Donatien Alphonse François de
Sade (1740-1814), mejor conocido como el Marqués de Sade, fue un noble francés
que escandalizó a la sociedad de su tiempo con sus descripciones sobre todo
tipo de aberraciones. La mayoría de sus obras fueron censuradas hasta el silo
XX, época en que los autores y los artistas contrarios a los valores de los
burguesía lo reivindicaron. Los surrealistas lo reclamaron como precursor de su
movimiento.
Pero el loco sabe que la civilización
se basa en darle nombre a Dios y nos mira como los nuevos degenerados en el
baile, no le convence nuestra pobreza de espíritu, ni el saber de la coincidencia
de opuestos en el misterio de la trinidad, así que le mostramos el árbol de la
vida.
VISION 5. La Menorá y los Dos Olivos
Zacarías tuvo una quinta visión esa noche…
(Zacarías 4:1-3) Entonces el ángel que hablaba conmigo volvió, y me despertó como a un
hombre que es despertado de su sueño. (2) Y me dijo: ¿Qué ves? Y
respondí: He aquí, veo un candelabro todo de oro con su depósito en la parte
superior, y sus siete lámparas encima de él con siete tubos para cada una de
las lámparas que tiene encima; (3) y junto a él hay dos olivos, uno
a la derecha del depósito y el otro a la izquierda.
Zacarías era sacerdote, por lo tanto estaba familiarizado con el
candelabro que vió en su visión—era la Menora del Templo, la
cual tiene siete brazos. Lo que él encontraba inusual eran los dos olivos
que alimentaban el candelabro. Si hubiera sido un olivo, él hubiera
entendido, porque la Biblia compara a Israel con el olivo (Jer. 11:16), y era precisamente
el pueblo el encargado de llevar el aceite al Templo, como la primicia de la
cosecha del olivo (Exo. 27:20). Pero, ¿qué representaban DOS olivos? Por
eso preguntó…
(Zacarías 4:4) Continué, y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto señor mío?
(5) Respondió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: ¿No sabes qué es
esto? Y respondí: No, señor mío.
Curiosamente, el ángel no le respondió directamente a la pregunta de
Zacarías, sino que le dio un mensaje que debía transmitir a Zorobabel, el principal
líder de los judíos que habían retornado a Jerusalén…
MENSAJE A ZOROBABEL
(Zacarías 4:6-7) Continuó él, y me dijo: Esta es la palabra del SEÑOR a Zorobabel: No por
el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu—dice el SEÑOR de los
ejércitos. (7) ¿Quién eres tú, oh gran monte? Ante Zorobabel, te
convertirás en llanura; y él sacará la piedra clave entre aclamaciones de
'¡Gracia, gracia a ella!'
Éste era un mensaje que Zorobabel definitivamente necesitaba
escuchar. Él estaba dirigiendo a los retornados en la reconstrucción de
Jerusalén. Pero en el camino, encontraron obstáculos y mucha oposición de
los pueblos vecinos, al punto que detuvieron la construcción. Sólo
levantaron los cimientos del Templo, pero se dejaron intimidar por las amenazas
de los enemigos. Ante ello, decidieron parar la construcción del Templo y
dedicarse a levantar sus propias casas.
Por eso el Señor le envió un mensaje a Zorobabel. Él necesitaba
oír estas palabras de ánimo para seguir adelante en la reconstrucción de
Jerusalén, y específicamente del Templo. Necesitaba saber que los
obstáculos no eran oposición de Dios, sino tretas del enemigo para detener la
obra que Dios quería hacer. La promesa era que los obstáculos se iban a
quitar del camino (“el monte se convertirá en llanura”) por la
Gracia de Dios.
Nosotros también necesitamos oír hoy ese mensaje: ¡Debemos seguir
adelante! Si Dios nos ha pedido algo, debemos tener la seguridad que Él
nos ayudará a cumplirlo. ¿O acaso estamos haciendo algo que el Señor no nos ha
pedido?
Muchas veces Dios escoge a personas que parecen incapaces de lograr el
cometido. Pero el Señor lo hace así para que sepamos que Él es quien hace
la obra, no nosotros. “No por el poder ni por la fuerza, sino por mi
Espíritu” (4:6). Todo lo que Él pide es que uno esté dispuesto a
hacer lo que Él diga. Si uno se dispone, Dios dará las fuerzas, los
recursos y ¡la gracia!
Luego que el ángel terminó de hablar, Zacarías continuó recibiendo
palabra de Dios:
(Zacarías 4:8) Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: (9) Las manos
de Zorobabel han puesto los cimientos de esta casa, y sus manos la acabarán.
Entonces sabréis que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a vosotros. (10)
¿Pues quién ha menospreciado el día de las pequeñeces? Estos siete se alegrarán
cuando vean la plomada en la mano de Zorobabel; estos son los ojos del SEÑOR
que recorren toda la tierra.
Efectivamente, Zacarías transmitió esta palabra a Zorobabel y a los
retornados, tal como lo vemos en el libro de Esdras…
(Esdras 5:1-2) Cuando los profetas Hageo y Zacarías, hijo de Iddo, profetizaron a los
judíos que estaban en Judá y en Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel que
estaba sobre ellos, (2) Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo
de Josadac, se levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en
Jerusalén; y los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos.
[Nota: También el profeta Hageo exhortó a los retornados a continuar en
la reconstrucción del Templo. Les recomiendo leer Hageo cap. 1].
La oposición de los enemigos siguió, pero ellos no se dejaron
amedrentar. Ellos iban a seguir adelante con la obra que el Señor les
había encomendado, y hallaron gracia (Esdras 5-6). Finalmente lograron
reedificar el Templo.
(Esdras 6:14) Y los ancianos de los judíos tuvieron éxito en la edificación según la
profecía del profeta Hageo y de Zacarías, hijo de Iddo. Y terminaron de
edificar conforme al mandato del Dios de Israel y al decreto de Ciro, de Darío
y de Artajerjes, rey de Persia.
La palabra de Zacarías dice que no debemos menospreciar “el día de
las pequeñeces”. Suena emocionante la propuesta de “reconstruir el
Templo”, pero el esfuerzo del día a día no trae tanta emoción, tal como: quitar
piedras, excavar, limpiar, cargar, y desvelarse vigilando. La victoria no
sólo está en alcanzar la meta, sino el superar cada uno de los pasos necesarios
para llegar al objetivo.
No menospreciemos el día de las pequeñeces…cuando tengamos que limpiar
nuestras vidas, excavar en lo profundo del corazón para quitar las piedras que
obstruyen nuestro crecimiento espiritual, desvelarse orando para buscar la
dirección del Señor, etc. Nuestra santificación es un proceso que debemos
vivir día a día, y progresar paso a paso. Enfrentaremos obstáculos, pero
debemos seguir, sabiendo que la Gracia de Dios estará con nosotros.
Levantémonos a reedificar nuestra vida. Los cimientos están
puestos, y el Señor acabará la obra que ha comenzado en ti…
(Filipenses 1:6) estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros
la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
PREGUNTA SOBRE LOS OLIVOS
Luego de recibir el mensaje para Zorobabel, Zacarías todavía se quedó
con una duda: ¿Qué representan los dos olivos? No se quedó tranquilo sino
hasta que obtuvo una respuesta…
(Zacarías 4:11) Entonces hablé, y le dije: ¿Qué son estos dos olivos a la derecha y a la
izquierda del candelabro? (12) Hablé por segunda vez, y le dije:
¿Qué son las dos ramas de olivo que están junto a los dos tubos de oro, que
vierten de sí el aceite dorado? (13) Y me respondió, diciendo: ¿No
sabes qué son éstos? Y yo dije: No, señor mío. (14) Entonces él
dijo: Estos son los dos ungidos que están de pie junto al Señor de toda la
tierra.
La palabra “ungidos” en hebreo es “Bnei HaYitzhar”, que
literalmente significa: Hijos de aceite, que produce luz.
Los dos ungidos son dos personas que dan “luz” a los demás, con su
ejemplo de vida, con su mensaje de dirección y revelación. En tiempos de
Zacarías, estas dos lumbreras podían ser Zorobabel y Josué, o tal vez los
profetas Zacarías y Hageo.
Por otro lado, el texto también señala que estos dos ungidos están “de
pie junto al Señor de toda la Tierra”. ¿Acaso son personas que han subido al
Cielo? Los únicos que no murieron, sino que fueron llevados al Cielo fueron
Enoc y Elías, y algunos creen que también Moisés (Judas 1:9). En Apocalipsis
se vuelve a mencionar a estos dos testigos. Por las señales que hacen,
nos hace pensar que éstos son Elías y Moisés (Apoc. 11:3-6). Otras
referencias reveladoras que parecen indicar que los dos testigos eran Elías y
Moisés, las encontramos en los Evangelios (estos dos profetas se le aparecieron
a Jesús en el Monte, cuando fue transfigurado; Mat. 17:1-13), y en Malaquías
(en la revelación del Día del Señor; Mal. 4).
En esta ocasión no vamos a definir la identidad de estos dos
testigos. Pero sí señalaremos lo siguiente: Lo que tienen en común los
Dos Ungidos de Zacarías y los Dos Testigos de Apocalipsis es que ellos sirven
de luz. Son dos personas que dan testimonio de lo que Dios está haciendo
en un momento crucial de la historia de Jerusalén. Son lumbreras en un
momento de oscuridad.
El loco pregunta ¿Somos acaso nosotros los dos testigos?
Yo me perdí en la oscuridad ¿Cómo poder serlo?
Es en tu horror al terror político religioso que se te encuentra digno
de la pobreza del espíritu ¿Aceptas esta pobreza?
El pueblo judío y la iglesia ¿Han habido acaso peores males en el mundo?
No, pero lo invertido hoy se convierte y vuelve a ser por el poder del
Espíritu Santo.
Que puede conocer el hombre en el árbol de la ciencia del bien y del mal
sino el horror de su propio bien, que puede conocer el hombre en el árbol de la
vida sino la luz que alumbra en toda tiniebla.
Sea pues Dios Santo enciende en mí tus velas haz de mi tu templo. Las cosas
viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas.
Porque he
aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los
que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho
Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.
2Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de
justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros
de la manada.
3Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las
plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los
ejércitos.
4Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en
Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
5He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día
de Jehová, grande y terrible.
6El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el
corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra
con maldición.
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