jueves, 9 de marzo de 2023

El árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida

 « Y sobre él reposará el Espíritu del Señor,

espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de poder,

espíritu de conocimiento y de temor del Seño

El árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida

 

Continuó él, y me dijo: Esta es la palabra del SEÑOR a Zorobabel: No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu—dice el SEÑOR de los ejércitos.  (7)  ¿Quién eres tú, oh gran monte? Ante Zorobabel, te convertirás en llanura; y él sacará la piedra clave entre aclamaciones de '¡Gracia, gracia a ella!' 

 

Lucho y un heraldo viene a mí con su caduceo

Es hora de detenerte

Conozco lo que busca

Deseas la coincidencia de opuestos

¿Qué  número de conversación con el diablo es esta? Pienso

Lo mismo le dijo a los egipcios a los hindus y a los mesopotámicos:

 

EL CADUCEO ORIGEN Y SIGNIFICADO.

Si hablamos de símbolos antiguos compartidos por diferentes culturas necesariamente debemos mencionar al símbolo comúnmente conocido como Caduceo. El origen mitológico del símbolo se remonta al mito de Hermes (el dios Mercurio de los romanos), hijo de Zeus y de la ninfa Maia, que en el monte Citerone se topó con dos serpientes que peleaban entre sí. Cuando Hermes, para poner fin a la lucha, lanzó una vara de oro que Apolo le había dado entre las dos contendientes. Las serpientes, se enroscaron alrededor de la varita y nació el Caduceo. Según refiere otra historia de su origen, Apolo regalo dicha vara, a Hermes o Mercurio, para terminar una disputa que se había suscitado entre los dos, mientras que Mercurio le dio su lira de siete cuerdas. Otros afirman que Rea, para evitar las impertinencias de Júpiter, que estaba enamorado de ella, se transformó en una culebra, pero que el dios no menos astuto tomo la forma de serpiente, y que Mercurio los unió.
Así el Caduceo de Hermes o Mercurio: es la vara en la que se encuentran entrelazadas dos serpientes, y posee dos pequeñas alas. Se llama así por la palabra latina cādūceus que es una adaptación del griego κηρύκειον kērukeion, que significaria algo como "bastón de heraldo", derivado de κῆρυξ kērux, "mensajero, heraldo". Según el mito tenía la virtud de apaciguar las discordias. El Caduceo ha adquirido muchos significados simbólicos, de una forma u otra relacionados con las funciones versátiles de Hermes. Vemos la base mitológica de la idea del Caduceo como un signo de consentimiento y reconciliación está asociada con las historias de Hermes que lo recibió de Apolo después del final de la disputa, así como sobre las serpientes que dejaron de pelear. En los tiempos modernos, la figura del caduceo se representa como un símbolo del comercio, con Mercurio siendo el dios del comercio y la negociación. Se utiliza como emblema en varias instituciones dedicadas al estudio y la enseñanza de las ciencias contables.

CADUCEO EN LA HISTORIA.

El Caduceo como uno de los símbolos más antiguos es común a diferentes civilizaciones, lo encontramos en Cartago, por ejemplo, cerca de los fenicios, los hititas, los judíos, los egipcios. En la antigua Roma, el caduceo se convirtió en un atributo integral de los embajadores enviados a un campamento enemigo. La persona que llevaba el caduceo en el desempeño de sus deberes era percibida como una persona inviolable. La imagen, de las dos serpientes retorcidas alrededor de una vara adornada con alas, fue encontrada, además de los templos grecorromanos, en tablillas de la India llamadas nagakals, pertenecientes a la antigua civilización védica. Los hallazgos arqueológicos más antiguos son una copa perteneciente al rey Gudea de Lagash, en la confluencia de los ríos Tigris y Éufrates, sobre los que está claramente grabado el símbolo.
Se atribuyó el bastón mágico como emblema a Hermes Trismegisto, mítico antepasado del arte mágico tradicional, entendido del conocimiento universal en todas sus aplicaciones: medicina, derecho moral, filosofía, religión, ciencias naturales, matemáticas, etc. El mito de Hermes Trismegisto se remonta a la civilización egipcia, luego es tomado por la mitología griega que lo funde con el dios Hermes y luego se convierte en Mercurio con los romanos. Así el Caduceo es el atributo propio de Mercurio, mediador entre los dioses y los hombres, algunas veces también se representa a Baco con el caduceo por que había reconciliado a Júpiter con Juno. Los poetas atribuyen grandes virtudes al caduceo; pues dicen que Mercurio se servía de el para conducir a las almas a los infiernos, abogar en favor, castigar a los vientos y disipar a las nubes.
Homero en la Ilíada (canto XXIV) describe el uso de Hermes de Caduceo como sigue:"calzóse al instante los áureos divinos talares que le llevaban sobre el mar y la tierra inmensa con la rapidez del viento, y tomó la vara con la cual adormece los ojos de cuantos quiere o despierta a los que duermen".. En los himnos homéricos (III, 529) el hermético caduceo es llamado "dorado", y tiene la virtud de fascinar a los ojos de los mortales y de dormirlos, de atraer a los muertos del inframundo, de transformar los objetos tocados en oro. Es también un símbolo de prosperidad y paz entre los romanos. Sostenido por la mano de una matrona, simboliza, la felicidad, la paz, la concordia, la seguridad, la fortuna. En algunas medallas se ve al caduceo en la mano de Hércules, de Ceres, de Venus y de Anubis. Los romanos para simbolizar la buena conducta se valían de un caduceo, en el que el bastón o vara denota el poder; las serpientes la prudencia, y las alas la diligencia; cualidades necesarias para salir bien de todas las empresas.
Aún hoy, en el ministerio pastoral de las Iglesias Cristianas Ortodoxas, se utilizan báculos con la forma del caduceo, tienen forma de T y termina con dos serpientes una frente a la otra, a veces coronadas por una cruz.

SIMBOLISMO ESOTÉRICO DEL CADUCEO.

En el Oriente, el símbolo de las dos serpientes enroscadas a la vara se refleja en las dos corrientes, Pingala e Ida, que están envueltas en Merudanda: la primera es roja, cálida y seca, comparada con el Sol y el Azufre Alquímico, mientras que la segunda, Ida, es fría y húmeda como el Mercurio Alquímico y se correlaciona con la Luna por el tono de plata pálida. Es significativo que la enseñanza tántrica también coloque el símbolo en relación a los mecanismos del universo y del cuerpo humano: en esta perspectiva, las dos serpientes representan la fuerza primordial (Kundalini) que se eleva desde el fondo de la espalda para elevarse a través de la columna vertebral a través de los diversos chakras, hasta la fuente del cráneo, asiento de pura energía de la cual brota el espíritu evolutivo del hombre.
Según la cultura oriental, el caduceo ilustra claramente el concepto básico del Cuerpo Sutil. Las energías ascendentes agitadoras de las serpientes producen un vórtice de poder que se usa en el Tantra para la transformación personal. Las dos serpientes están asociadas con las inmensas energías solares y lunares y representan el lado derecho e izquierdo del cuerpo. Se cruzan entre sí y atraviesan continuamente el Gran Río Central.
Simboliza también para estas corrientes; la primacía de la inteligencia, que se coloca sobre la materia, para dominarla por medio de la sabiduría. Las dos serpientes que se entrelazan son vistas como símbolo de la polaridad de la bondad y del mal en equilibrio. En este entretejer la serpiente macho, de descendencia solar, se coloca a la derecha, mientras que la hembra, de descendencia lunar, se coloca a la izquierda.
El Caduceo indica la capacidad de reconciliar opuestos, creando armonía entre diferentes elementos como agua, fuego, tierra y aire. Por esta razón también se utiliza este símbolo frecuentemente en la alquimia como indicación de la síntesis de azufre y mercurio.
Referido al Universo, indica la capacidad de dominar el caos y poner orden en él, creando armonía entre las diferentes tendencias que giran en torno al eje del mundo (Axis mundi). Metafísicamente, representa el descenso de la materia primordial a la materia gruesa.
Referido al cuerpo humano, indica el poder taumatúrgico de alguien que es capaz de traer armonía a un organismo enfermo. En nuestros días lo vemos a menudo usado en vez del palo de Asclepio, asociando el caduceo con la medicina, especialmente en los Estados Unidos.
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Copiado de la M.•.R.•.G.•.M.•. Angie Montiel Zenil, 33º.

 

 

Y luego de ver con mis hijos a la cultura Chavin y se saber lo que pasara con los mochicas ,hasta llegar al gran Wiracoha , se la cantidad de sangre que necesita una civilización para lograr la levedad del ser https://www.youtube.com/watch?v=RRUpgjP8cN4  

https://www.facebook.com/jojo.kim.96558/videos/508804208077557

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Y oro , profundamente del vientre de Baphomet  se da El colapso (o la integración) de los opuestos

Para el ocultismo, las distintas encarnaciones y representaciones del Demonio ("satanas", el Enemigo) nos recuerdan el antiguo principio iniciático, presente en todas las culturas, de que "lo que es arriba es abajo". El macrocosmos y el microcosmos de los alquimistas, al igual que la fórmula mágica solve et coagula hablan de un reencuentro de lo negado, de lo censurado y lo desconocido. Los dos dedos de la mano derecha apuntando al cielo se corresponden con el gesto de la izquierda, que apunta a la tierra.

El caduceo en el vientre de Baphometh pertenece al dios griego Hermes, encargado de la comunicación, los viajes, los negocios, y que guarda por igual entre mensajeros y ladrones. Para Greaves simboliza "la reconciliación de los opuestos --tal como tener un monumento satanista en oposición a uno cristiano". 

La cruz invertida y el pentagrama son algunos símbolos fácilmente reconocibles desde la cultura popular en asociación con el satanismo; representan simplemente la inversión de un punto de vista por otro. Aún faltan dos inscripciones para terminar la estatua; una en el frente dirá: "El espíritu de la compasión, la sabiduría y la justicia siempre debe prevalecer por sobre la palabra escrita o hablada", uno de los preceptos más importantes de los satanistas; en la espalda llevará una cita del poeta romántico Lord Byron, proveniente de la obra Caín, que reza: "¿Entonces quién era el Demonio? ¿Aquel que no te dejaría vivir o aquel que te haría vivir para siempre, en la gracia y poder del conocimiento?".

El tercer "cuerno" en la cabeza de Baphometh representa la antorcha del conocimiento, según la describió Levi. En otras representaciones del demonio puede llevar dicha antorcha en una de las manos. El rostro de macho cabrío también puede ser el de una bella mujer, una máscara u otro animal.

No se sostiene, porque tu poder es engaño y tú fuerza violencia, en eso has constituido a toda la civilización, Dios santo permíteme la entrada al árbol de la vida perdona la inversión de Cristo en mí, convierte su muerte en resurrección, convertido el devenir en ser por el poder del amor, le podemos decir al loco Dios ha resucitado

 

El Marqués de Sade fue un personaje excéntrico. Su verdadero nombre era Donatien Alphonse François de Sade, nació el 2 de junio de 1740 en el seno de una familia de la nobleza francesa. Fue el primero en escribir con rigurosidad científica todas las aberraciones sexuales que más tarde analizaría la psiquiatría. Sade se adentró en la perversión y expresó algunos de los pensamientos que vertebrarían en el siglo XX.

Habló de la naturaleza en términos de evolución un cuarto de siglo antes de que lo hiciera Darwin y relató sus deseos más irracionales cien años antes de que Freud postulara la existencia del inconsciente.

En la época que le tocó vivir, la sociedad francesa atravesaba por un período de extremo libertinaje. El propio Luis XV había edificado burdeles privados en los parques reales y contaba con un gabinete dedicado a organizar orgías.

Como la mayoría de los jóvenes aristócratas, Sade frecuentaba los burdeles parisinos aún después de haber contraído matrimonio - a los 23 años y por deseo de sus padres - con una noble acaudalada, Renée-Pélagie de Montreuil.

Meses después de la boda, en 1763, tuvo que pagar los excesos que cometió con las jóvenes de un burdel con dos penas de prisión. No sería la última vez que entraría en prisión. Sade alternó los barrotes y escándalos toda su vida. Se pasó casi treinta años en once cárceles distintas. Fue precisamente la privación de libertad lo que le empujó a escribir las obras que lo harían famoso, ya que a través de sus personajes podía llevar la vida que ansiaba.

Entre 1778 y 1789 estuvo preso en la Bastilla, acusado de envenenamiento, sodomía e inmoralidad, dichos años fueron los más prolíficos en lo que a producción literaria se refiere. Confinado en una torre, dio vida, en un pequeño rollo que escondía entre los ladrillos, a uno de sus más conocidos infiernos, la novela 120 días en Sodoma.

También completó el primer esbozo de Justine o los infortunios de la virtud, su obra maestra, donde relata todo tipo de torturas, vejaciones sexuales y rituales de extrema crueldad.

En 1789 estalló la Revolución Francesa y se liberó a los presos de la Bastilla. Tres años más tarde lo nombraron secretario del club Jacobino, coincidiendo con el comienzo del reinado de terror de Robespierre (1793-1794). Sin embargo, pronto abandonó la actividad política, horrorizado por las miles de ejecuciones indiscriminadas. En este período, Sade realizó incursiones en la literatura política. En 1795 publicó La Filosofía en el tocador.

Luego, en 1801 apareció un panfleto anónimo que satirizaba al partido en el poder. Sade fue detenido el 6 de marzo, cuando visitaba a un editor para proporcionarle nuevos manuscritos. Fue encarcelado, sin juicio como autor de la infame novela Justine. Poco después fue trasladado a Bicétre, una institución entre cárcel y manicomio en la que convivían locos, prostitutas, mendigos y criminales. Allí le diagnosticaron "demencia libertina".

Allí pasó el resto de su vida, privado incluso de la libertad de escribir. Murió arruinado y marginado por la sociedad el 2 de diciembre de 1814.

Imagen. Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814), mejor conocido como el Marqués de Sade, fue un noble francés que escandalizó a la sociedad de su tiempo con sus descripciones sobre todo tipo de aberraciones. La mayoría de sus obras fueron censuradas hasta el silo XX, época en que los autores y los artistas contrarios a los valores de los burguesía lo reivindicaron. Los surrealistas lo reclamaron como precursor de su movimiento.

Pero el loco sabe que la civilización se basa en darle nombre a Dios y nos mira como los nuevos degenerados en el baile, no le convence nuestra pobreza de espíritu, ni el saber de la coincidencia de opuestos en el misterio de la trinidad, así que le mostramos el árbol de la vida.

 

 

 

 


VISION 5. La Menorá y los Dos Olivos

Zacarías tuvo una quinta visión esa noche…

(Zacarías 4:1-3)  Entonces el ángel que hablaba conmigo volvió, y me despertó como a un hombre que es despertado de su sueño.  (2)  Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He aquí, veo un candelabro todo de oro con su depósito en la parte superior, y sus siete lámparas encima de él con siete tubos para cada una de las lámparas que tiene encima;  (3)  y junto a él hay dos olivos, uno a la derecha del depósito y el otro a la izquierda. 

 

Zacarías era sacerdote, por lo tanto estaba familiarizado con el candelabro que vió en su visión—era la Menora del Templo, la cual tiene siete brazos.  Lo que él encontraba inusual eran los dos olivos que alimentaban el candelabro.  Si hubiera sido un olivo, él hubiera entendido, porque la Biblia compara a Israel con el olivo (Jer. 11:16), y era precisamente el pueblo el encargado de llevar el aceite al Templo, como la primicia de la cosecha del olivo (Exo. 27:20).  Pero, ¿qué representaban DOS olivos? Por eso preguntó… 

(Zacarías 4:4)  Continué, y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto señor mío?  (5)  Respondió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y respondí: No, señor mío. 

 

Curiosamente, el ángel no le respondió directamente a la pregunta de Zacarías, sino que le dio un mensaje que debía transmitir a Zorobabel, el principal líder de los judíos que habían retornado a Jerusalén…

 

MENSAJE A ZOROBABEL

(Zacarías 4:6-7)  Continuó él, y me dijo: Esta es la palabra del SEÑOR a Zorobabel: No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu—dice el SEÑOR de los ejércitos.  (7)  ¿Quién eres tú, oh gran monte? Ante Zorobabel, te convertirás en llanura; y él sacará la piedra clave entre aclamaciones de '¡Gracia, gracia a ella!' 

 

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Éste era un mensaje que Zorobabel definitivamente necesitaba escuchar.  Él estaba dirigiendo a los retornados en la reconstrucción de Jerusalén.  Pero en el camino, encontraron obstáculos y mucha oposición de los pueblos vecinos, al punto que detuvieron la construcción.  Sólo levantaron los cimientos del Templo, pero se dejaron intimidar por las amenazas de los enemigos.  Ante ello, decidieron parar la construcción del Templo y dedicarse a levantar sus propias casas.

 

Por eso el Señor le envió un mensaje a Zorobabel.  Él necesitaba oír estas palabras de ánimo para seguir adelante en la reconstrucción de Jerusalén, y específicamente del Templo.  Necesitaba saber que los obstáculos no eran oposición de Dios, sino tretas del enemigo para detener la obra que Dios quería hacer.  La promesa era que los obstáculos se iban a quitar del camino  (“el monte se convertirá en llanura”) por la Gracia de Dios.

 

Nosotros también necesitamos oír hoy ese mensaje: ¡Debemos seguir adelante!  Si Dios nos ha pedido algo, debemos tener la seguridad que Él nos ayudará a cumplirlo. ¿O acaso estamos haciendo algo que el Señor no nos ha pedido?  

 

Muchas veces Dios escoge a personas que parecen incapaces de lograr el cometido.  Pero el Señor lo hace así para que sepamos que Él es quien hace la obra, no nosotros.  “No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu” (4:6).  Todo lo que Él pide es que uno esté dispuesto a hacer lo que Él diga.  Si uno se dispone, Dios dará las fuerzas, los recursos y ¡la gracia!

 

Luego que el ángel terminó de hablar, Zacarías continuó recibiendo palabra de Dios:

(Zacarías 4:8)  Y vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: (9)  Las manos de Zorobabel han puesto los cimientos de esta casa, y sus manos la acabarán. Entonces sabréis que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a vosotros.  (10)  ¿Pues quién ha menospreciado el día de las pequeñeces? Estos siete se alegrarán cuando vean la plomada en la mano de Zorobabel; estos son los ojos del SEÑOR que recorren toda la tierra. 

 

Efectivamente, Zacarías transmitió esta palabra a Zorobabel y a los retornados, tal como lo vemos en el libro de Esdras…

(Esdras 5:1-2) Cuando los profetas Hageo y Zacarías, hijo de Iddo, profetizaron a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén, en el nombre del Dios de Israel que estaba sobre ellos,  (2)  Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, se levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén; y los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos.

 

[Nota: También el profeta Hageo exhortó a los retornados a continuar en la reconstrucción del Templo.  Les recomiendo leer Hageo cap. 1].

 

La oposición de los enemigos siguió, pero ellos no se dejaron amedrentar.  Ellos iban a seguir adelante con la obra que el Señor les había encomendado, y hallaron gracia (Esdras 5-6).  Finalmente lograron reedificar el Templo.

(Esdras 6:14)  Y los ancianos de los judíos tuvieron éxito en la edificación según la profecía del profeta Hageo y de Zacarías, hijo de Iddo. Y terminaron de edificar conforme al mandato del Dios de Israel y al decreto de Ciro, de Darío y de Artajerjes, rey de Persia.

 

La palabra de Zacarías dice que no debemos menospreciar “el día de las pequeñeces”.  Suena emocionante la propuesta de “reconstruir el Templo”, pero el esfuerzo del día a día no trae tanta emoción, tal como: quitar piedras, excavar, limpiar, cargar, y desvelarse vigilando.  La victoria no sólo está en alcanzar la meta, sino el superar cada uno de los pasos necesarios para llegar al objetivo.

 

No menospreciemos el día de las pequeñeces…cuando tengamos que limpiar nuestras vidas, excavar en lo profundo del corazón para quitar las piedras que obstruyen nuestro crecimiento espiritual, desvelarse orando para buscar la dirección del Señor, etc.  Nuestra santificación es un proceso que debemos vivir día a día, y progresar paso a paso.  Enfrentaremos obstáculos, pero debemos seguir, sabiendo que la Gracia de Dios estará con nosotros.

 

Levantémonos a reedificar nuestra vida.  Los cimientos están puestos, y el Señor acabará la obra que ha comenzado en ti…

(Filipenses 1:6)  estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.

 

 

PREGUNTA SOBRE LOS OLIVOS

Luego de recibir el mensaje para Zorobabel, Zacarías todavía se quedó con una duda: ¿Qué representan los dos olivos?  No se quedó tranquilo sino hasta que obtuvo una respuesta…

(Zacarías 4:11)  Entonces hablé, y le dije: ¿Qué son estos dos olivos a la derecha y a la izquierda del candelabro?  (12)  Hablé por segunda vez, y le dije: ¿Qué son las dos ramas de olivo que están junto a los dos tubos de oro, que vierten de sí el aceite dorado?  (13)  Y me respondió, diciendo: ¿No sabes qué son éstos? Y yo dije: No, señor mío.  (14)  Entonces él dijo: Estos son los dos ungidos que están de pie junto al Señor de toda la tierra.

 

La palabra “ungidos” en hebreo es “Bnei HaYitzhar”, que literalmente significa: Hijos de aceite, que produce luz.



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Los dos ungidos son dos personas que dan “luz” a los demás, con su ejemplo de vida, con su mensaje de dirección y revelación.  En tiempos de Zacarías, estas dos lumbreras podían ser Zorobabel y Josué, o tal vez los profetas Zacarías y Hageo.

 

Por otro lado, el texto también señala que estos dos ungidos están “de pie junto al Señor de toda la Tierra”. ¿Acaso son personas que han subido al Cielo? Los únicos que no murieron, sino que fueron llevados al Cielo fueron Enoc y Elías, y algunos creen que también Moisés (Judas 1:9).  En Apocalipsis se vuelve a mencionar a estos dos testigos.  Por las señales que hacen, nos hace pensar que éstos son Elías y Moisés (Apoc. 11:3-6).  Otras referencias reveladoras que parecen indicar que los dos testigos eran Elías y Moisés, las encontramos en los Evangelios (estos dos profetas se le aparecieron a Jesús en el Monte, cuando fue transfigurado; Mat. 17:1-13), y en Malaquías (en la revelación del Día del Señor; Mal. 4).   

 

En esta ocasión no vamos a definir la identidad de estos dos testigos.  Pero sí señalaremos lo siguiente: Lo que tienen en común los Dos Ungidos de Zacarías y los Dos Testigos de Apocalipsis es que ellos sirven de luz.  Son dos personas que dan testimonio de lo que Dios está haciendo en un momento crucial de la historia de Jerusalén.  Son lumbreras en un momento de oscuridad.

 

El loco pregunta ¿Somos acaso nosotros los dos testigos?

 

Yo me perdí en la oscuridad ¿Cómo poder serlo?

 

Es en tu horror al terror político religioso que se te encuentra digno de la pobreza del espíritu ¿Aceptas esta pobreza?

 

El pueblo judío y la iglesia ¿Han habido acaso peores males en el mundo?

 

No, pero lo invertido hoy se convierte y vuelve a ser por el poder del Espíritu Santo.

 

Que puede conocer el hombre en el árbol de la ciencia del bien y del mal sino el horror de su propio bien, que puede conocer el hombre en el árbol de la vida sino la luz que alumbra en toda tiniebla.

 

Sea pues Dios Santo enciende en mí  tus velas haz de mi tu templo. Las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas.

 

Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.
2Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
3Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
4Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
5He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
6El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.       

 

 


 

 

 


 

 

       

 

 

 

 

  

 

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