viernes, 12 de abril de 2024

Caldo de filosofía

 

Caldo de filosofía

 

Cociendo (atendiendo)  hasta lograr el  espíritu integro  

 

La ciencia necesita filosofía. Sin semántica no es posible interpretar teorías y sistemas formales. Sin ontología, conceptos tan básicos como los de ley, causa, azar, espacio y tiempo permanecen vagos. Sin epistemología no hay una buena metodología de control adecuado de la observación y la experimentación, no hay comprensión del conocimiento ni de la diferencia entre ciencia y charlatanería. Sin ética no hay regulación de la empresa científica ni valores que orienten el uso de la tecnología. Estos son solo algunos ejemplos que apoyan la afirmación general de que sin filosofía no hay ciencia. La ciencia se basa en supuestos filosóficos generales y, a su vez, la ciencia informa a la filosofía, en un círculo virtuoso. De este apoyo mutuo resulta el avance del conocimiento. Si la filosofía falla, la ciencia se ve obstaculizada. Y sin ciencia, la filosofía se degrada rápidamente a una especulación doméstica basada en el sentido común... en el mejor de los casos.

- Gustavo E. Romero, Scientific Philosophy.

 

Esa filosofía de museo y esa ciencia de biblioteca no es ni ciencia ni filosofía si la reflexión no altera nuestro conocimiento solo estamos repitiendo los conceptos  aprendidos no estamos pensando y si la ciencia no altera esos conceptos con su conocimiento no es ciencia, sino solo información para llenar los paradigmas ya concebidos.

 

 

Pero ¿Desde donde empezar la filosofía, desde donde empezar nuestra experiencia reflexiva?

Desde la atención siguiendo a la Maestra Simone Weil

“Cualquier ser humano, incluso si sus facultades naturales fuesen casi nulas, penetra en ese reino de verdad reservado al genio, si solamente desea la verdad y hace un perpetuo esfuerzo de atención por alcanzarla. Se convierte entonces en un genio, incluso si, por carecer de talento, este genio no pueda ser visible al exterior”1

 

¿Qué es la atención?

“La atención consiste en suspender el pensamiento, en dejarlo disponible, vacío y penetrable al objeto, manteniendo cerca del pensamiento, pero en un nivel inferior y sin contacto con él, los diversos conocimientos adquiridos que deban ser utilizados […]. Y sobre todo el pensamiento debe estar vacío, a la espera, sin buscar nada, pero dispuesto a recibir en su verdad desnuda el objeto que va a penetrar en él”.

 

De este modo, la atención “no consiste en ‘resolver’ problemas ni ‘plantearlos’; sino en contemplarlos”. Es una mirada a distancia, es vaciar el pensamiento y permanecer inmóvil sin intentar apropiarse de las cosas ni “interpretarlas, sino mirarlas hasta que la luz brote”19. Con la atención se aprende, primero, a vaciar el pensamiento para deshacerse del ruido interior, de los propios fantasmas, de las distracciones, para escuchar la realidad y actuar de acuerdo a ella. Luego, se aprende a mirar atenta y pacientemente, sin precipitarse, esperando a que la realidad aparezca y brote como la luz. La mirada a distancia permite diferenciar lo real de lo ilusorio, lo que es en sí de lo que produce el “yo”. De ahí que la atención debe ser “una mirada y no un apego” porque “el apego es fabricador de ilusiones, y quien quiere lo real debe estar desapegado”20. Pero la capacidad de atención, el aprender a mirar, no es algo que surja de la noche a la mañana, se requiere de un aprendizaje que se desarrolla a través del tiempo. Y el mejor medio para comenzar a ejercitar la atención, como bien muestra S. Weil, es en los estudios. III. LOS ESTUDIOS ESCOLARES COMO FORMACIÓN DE LA ATENCIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA ORACIÓN

 

 

“Estudiar sin ningún deseo de obtener buenas notas, de aprobar los exámenes, de conseguir algún resultado escolar, sin ninguna consideración por los gustos o aptitudes naturales, aplicándose de la misma manera a todos los ejercicios, pensando que todos sirven para formar esta atención que es la sustancia de la oración. En el momento en que uno se aplica a un ejercicio, hay que tratar de realizarlo correctamente, porque esta voluntad es indispensable para que haya verdadero esfuerzo. Pero a través de este fin inmediato, la intención profunda debe estar dirigida exclusivamente hacia el acrecentamiento de la capacidad de atención para la oración […] Poner en los estudios esta única intención excluyendo cualquier otra es la primera condición para su buen uso espiritual. La segunda condición es la de obligarse rigurosamente a mirar de frente, a contemplar con atención, durante largo rato, cada ejercicio escolar fallido, en toda la fealdad de su mediocridad, sin buscar ninguna excusa, sin olvidar ninguna falta ni ninguna corrección del profesor, y tratando de remontar al origen de cada error”.

 

IV. LA ORACIÓN COMO “ESPERA” DE DIOS Si a partir de los estudios se formara la atención, con el tiempo se progresaría en la manera de captar la realidad, se aceptaría tal cual es y se tendría una mirada más justa hacia el mundo, hacia el prójimo y hacia uno mismo. También aumentaría la capacidad de orientar toda la atención y amor hacia una “realidad situada fuera de este mundo” que responde a la “exigencia de un bien absoluto” que habita en el corazón de todo hombre y de la que desciende “todo el bien susceptible de existir en este mundo, toda belleza, toda verdad, toda justicia, toda legitimidad, todo orden, toda subordinación de la conducta humana a obligaciones”34. Es decir, el desarrollo de la capacidad de atención se vería reflejado en la intensificación de la capacidad de oración. De este modo, aunque los ejercicios escolares desarrollen “una parte menos elevada de la atención. Sin embargo, son plenamente eficaces para incrementar la capacidad de atención que estará disponible en el momento de la oración, a condición de que se realicen con este fin y solamente con este fin

Para Simone Weil “la atención, en su más alto grado, es lo mismo que la oración. Supone la fe y el amor”36. La atención que es libre de la influencia de la propia imaginación y que es totalmente pura “es la atención dirigida a Dios, que está presente en la medida en que hay atención”37. Se trata simultáneamente de una atención que es oración y de una oración que “está hecha de atención” . La atención como oración que en términos weilianos es una atención “sobrenatural”, manifiesta un deseo de verdad y bien. Pero este deseo no es sinónimo de una pretensión por adueñarse o buscar la verdad y el bien como si se tratase de un trofeo. El deseo no es un apego a un bien determinado ni un interés por llenar espacios vacíos, resolver problemas o recibir un bien específico. El verdadero deseo de verdad y bien es movido por la gracia y se orienta hacia un Bien absoluto que no corresponde con ningún objeto preciso y que es, en sentido kantiano, una “finalidad sin fin”. Dicho en otros términos, el deseo de verdad y bien manifiesta explícitamente el deseo de Dios. La atención sobrenatural implica, además del deseo de verdad y bien, no una búsqueda, sino una espera desinteresada y gratuita de Dios, del supremo Bien. Porque, como manifiesta S. Weil, es “solamente en Dios que se puede pensar con la plenitud de la atención” y “solamente con la plenitud de la atención se puede pensar en Dios”39. De ahí que “solo la parte más elevada de la atención entra en contacto con Dios, cuando la oración es lo bastante intensa y pura para que tal contacto se establezca”

 

Cuando no se dirige a Dios una atención religiosa y sobrenatural, se está dirigiendo la atención a algo que no es Dios y se corre el riesgo de caer en la idolatría de bienes pasajeros41. Para no caer en esta idolatría, es importante – siguiendo a S. Weil– “vaciar el deseo de todo contenido, la finalidad de todo contenido” con el fin de dirigir “la plenitud de la atención a nuestro deseo puro, vacío”. Porque “solo el deseo sin objeto está vacío de imaginación. Y hay presencia real de Dios en todo lo que no está cubierto con la imaginación”44. Para lograr vaciar el deseo, el alma humana necesita tener su propio espacio de silencio y soledad. Debe también renunciar a los deseos que le imponga el “yo” y a la influencia de la colectividad. Solo de este modo podrá posibilitarse “el paso a grados de atención cada vez más elevados”. El más alto grado de atención conlleva, en última instancia, a una cierta renuncia al propio egoísmo y a dejar de intentar proyectarse en el mundo. Esta renuncia consiste en vaciarse de sí mismo para poderse llenar de aquello que viene de fuera y orientar la mirada a lo que no es el “yo”. Hacer el vacío es detener a la imaginación que intenta llenarlo y prepararse para recibir lo que no han producido las propias facultades. Es estar disponible para recibir y llenarse de lo que viene de fuera, para acceder a lo real y en última instancia, acoger la verdad y el bien. Como señala Vetö, “la atención que se propone aprender algo es siempre una atención al vacío que espera que algo aparezca, se revele, se manifieste”. La atención al vacío en la oración es adoptar una actitud de espera, una disponibilidad interior en la que el pensamiento se libera de sus propias producciones. Como subraya S. Weil, “los bienes más preciados no deben ser buscados, sino esperados. Porque el hombre no puede encontrarlos por sus propias fuerzas, y si se pone en su búsqueda, encontrará en su lugar falsos bienes de los que no sabrá discernir la falsedad”.

 

Pero la actitud de espera que se adopta en la oración no es sinónimo de inmovilidad o pasividad total en donde el pensamiento permanece inactivo e indiferente frente a su objeto. Se trata más bien de un tipo de “vigilancia”50 presente en la parábola del siervo que “vela y escucha” y está atento para el momento en que llegue su amo a tocar la puerta51. De acuerdo a S. Weil, en la oración se imita la paciencia del siervo que espera y que sin importar las dificultades y obstáculos que se le presentan, permanece firme y perseverante, espera pacientemente a pesar de las adversidades “y de todos los golpes con los que se trata de hacerlo mover”52. Gracias a la paciente espera del siervo, su amo al volver tendrá un “exceso de ternura” hacia él, porque lo que hace que el siervo sea amado por su amo “es únicamente la vigilia, la espera y la atención”53. En este sentido, orar no es pretender alcanzar algo que sea acorde con los dictados de la voluntad, porque –como señala S. Weil– “la voluntad no abre las puertas de lo sobrenatural”54. La atención como oración “no [está unida] a la voluntad, sino al deseo”55. Es decir, la oración manifiesta un profundo deseo de bien en donde el alma está en una situación de espera, disponibilidad y preparación para escuchar lo que Dios quiere de ella. Al mismo tiempo, orar es experimentar una esperanza paciente y perseverante, en la que misteriosamente se siente una alegría interior por aguardar un bien que es una plenitud para el alma. La oración no consiste en repetir fórmulas de manera irreflexiva o en decir palabras vacías. Tampoco implica liberarse de toda palabra y permanecer en silencio o en un estado de contemplación. En la oración están unidos la palabra y el silencio, la palabra y la contemplación. Esto es, la oración es el vínculo entre lo que se ve y no se ve, entre lo que se escucha y no se escucha. La oración necesita del mínimo de palabras que abran al silencio y a la contemplación. Un ejemplo en S. Weil de la palabra que la lleva al silencio es cuando recita el poema Love de George Herbert. Este poema lo recita con toda su atención, como una oración, durante sus crisis de migraña. Las bellas palabras del poema la transportan a la oración y esta le abre las puertas a una atención suprema que la conduce a lo indecible, a lo que no es controlado por las facultades y que escapa a la imaginación. S. Weil experimenta la gracia de un Amor que sobrepasa el gozo que proporciona la belleza del poema y el sufrimiento causado por los dolores de cabeza. Así lo manifiesta la autora al Padre Perrin: “He aprendido [el poema] de memoria y a menudo, en el momento culminante de las violentas crisis de dolor de cabeza, me he dedicado a recitarlo poniendo en él toda mi atención y abrazando con toda el alma la ternura que encierra. Creía recitarlo solamente como un bello poema, pero, sin que yo lo supiera, esta recitación tenía la virtud de una oración. Fue en el transcurso de una de estas recitaciones que, como ya le he escrito, Cristo mismo descendió y me tomó”56 . Otro ejemplo es cuando la autora experimenta la unión de la palabra con la contemplación al recitar con toda su atención el Padre Nuestro, en donde las palabras “arrancan [su] pensamiento de [su] cuerpo y lo transportan a un lugar fuera del espacio en donde no hay perspectiva ni punto de vista”57. En S. Weil es evidente que conforme se dilata su experiencia espiritual y su atención se vuelve oración, el deseo de Dios se vuelve cada vez más explícito. Su atención como oración hace que la verdad venga a ella, como un “don”, sin haber provocado o planeado su llegada, sin la participación de los sentidos o la imaginación58. Su atención como “espera” de un Bien absoluto, la llevó a la experiencia de Cristo, ne aquí el misterio pascual recreado:

 1→0→1→0→1→0→1→0→10

Pero ¿Cómo empezamos nosotros nuestro caldo?

Empecémoslo con la parábola más simple la parábola de los talentos

 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. 18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. 20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 

 

Comprendamos esta parábola desde la analogía del viaje al Cairo, cuento que relatamos en este post http://adagioalamor.blogspot.com/2024/04/la-cocina-del-sabor-espiritual-desde-la.html Donde hay que salir para encontrar el gran tesoro que siempre estuve en nosotros, eso es justamente la dialéctica yo salgo a dialogar con el otro  y luego vuelvo a mi logrando una nueva síntesis de mí mismo, el conocerme es un recrearme , pero solo hay recreación si he muerto a mi conciencia y luego resucito en Dios y es ahí donde mis talentos se multiplican.

 

Y entonces salgo en la oración gracias a mi atención y vuelvo a mi he aquí la recreación de la experiencia cero que no es otra cosa que el misterio pascual pero ahora simbolizado en un rito, ene l rito de la oración, el problema es que el rito no necesariamente me lleva a la experiencia cero visto desde fuera se convencionaliza es decir se hace conveniente para el poder  de turno, por este es necesario recrear el rito en el mito para volver a la experiencia cero:

Veamos este mito Nórdico de la niña de la luz

 

Ragnarök[editar]

Artículo principal: Ragnarök

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/b/b9/Yggdrasil.jpg/220px-Yggdrasil.jpgYggdrasil, el árbol gigante que sostiene los nueve mundos.

La visión nórdica antigua del futuro es sombría. En el final, según se creía, las fuerzas del mal y el caos sobrepasarían en número y vencerán a los divinos y guardianes de los hombres del bien y el orden. Loki y sus monstruosos hijos romperán sus ataduras; los muertos navegarán desde Helheim para atacar a los vivos. Heimdall, el vigilante de los dioses, convocará a los anfitriones celestiales con un bramido de su cuerno. Tras esto, seguirá una batalla final entre el orden y el caos (Ragnarök), que los dioses perderán, ya que ese es su destino. Ellos, conscientes de esto, juntarán a los mejores guerreros, los Einherjer, para pelear de su lado cuando el día llegue, pero, finalmente, serán incapaces de prevenir al mundo de descender en el caos del cual una vez emergió; los dioses y su mundo serán destruidos. El mismo Odín será engullido por el lobo Fenrir.

Sin embargo, habrá unos pocos supervivientes, ambos humanos y divinos, que poblarán el Nuevo Mundo, para volver a empezar el ciclo.

Y es que hay una niña de la luz que logra domesticar al lobo Fennir ella es una mortal que logra desde su espíritu ascender al mundo de los dioses y devolver el equilibro entre el caos y  el orden.

 

He aquí el espíritu absoluto en la niña de la luz, el mito no se ha contado como un ejercicio hermenéutico, sino como la superación de toda interpretación para que vivas la trasferencia con humildad  en lo real y crees realidad.

Históricamente el espíritu absoluto se da en la revelación de Cristo Como el rey de reyes y señor de señores  y su realidad en el reino de Dios.    

 https://www.youtube.com/watch?v=ioMYiUOC2mk

 

Pero perdida la transferencia lo que queda en la súper estructura es el símbolo, que es la simbiosis entre este mundo y el otro, pero que se convencionaliza hasta ser el símbolo del imperio, que en su infraestructura se rige por la lógica del dominio esclavista.

 

Recuperar la transferencia que se produce en el proceso de la atención y su donación y creación, es urgente y entonces surge el espíritu revelado, los más sensibles acumulan yse conmueven internamente y de pronto revelan elaborando artificios, ideoelectos musicales, dancísticos, poéticos,  plásticos, teatrales cada vez con mayor virtuosismo ahí está  la experiencia cero:

Hacer pan

Había una fiesta, dada por un Rey

Este vio pasar a un sabio erudito

“Hacedle pasar y dadle un poco de este buen vino”

Los criados, que son las musas, salieron corriendo y trajeron al hombre a la mesa del rey

 Pero este hombre no se quiso inspirar es decir no tomo el vino

En más dijo que antes bebería veneno

Esto es lo que sucede en la mesa de Dios

Aquel que ha oído hablar del amor extático  

Sin llegar a probarlo, nunca desbarata el banquete

Más alguien oro y el erudito bebió

Empezó  entonces a cantar y a contar chistes ridículos

Al salir al jardín se encontró con una mujer

Y sus almas se entrelazaron empleándose al fondo ene l suelo

¿Habéis visto a un panadero enrollar la masa?

Primero la amasa con suavidad y después con más fuerza  

La golpea sobre la tabla y la masa gime delicadamente en sus manos

Después la estira toda y hace un rollo plano  

 

Eso lo troncha en varios trozos que vuelve a extender

En láminas más finas

Entonces le añade agua y lo mezcla bien.

Después le echa sal un poco más de sal

Seguidamente y con delicadeza le va dando forma

Hasta que consigue la figura final

Y la mete en el horno que ha calentado previamente

Este es el proceso de toda la cultura y de todos sus artefactos

Aun más en la guerra donde los guerreros también se abrazan

Haciendo pan.

Pero el proceso también se convencionaliza y son pocos los que beben del vio de Dios.

 

Así en la supúr estructura queda el artificio  vacío, lo real es un artificio lleno de vino su realidad son todas las formas en el reino de Dios, pero la realidad de un artificio sin vino es una infraestructura feudalista  en una estructura aristocrática con una peor lógica de domino, asi se llamen los mejores, ¿Comprendes? La clave está  en cruzar el espejo, en creer en tu transferencia y entonces el símbolo como verdadera unión absoluta, absuelta libre, el artificio con vino, como creación sexual espiritual de pan pero si no crees como un niño en la transferencia, entonces tu símbolo solo es símbolo de la lógica de domino del mundo y tu arte es solo vanidad de su poder que en el fondo es impotencia, urge más tiempo de cocción para nuestro caldo he aquí el espíritu subjetivo ¿Qué propone Simone Weil?  No es una filosofía esencialista, no es una filosofía existencialista, no es la religión de la sustancia trascendente del motor inmóvil imperturbable ni la potencialidad inmanente, no es el arte apolíneo ni Dionisiaco, no es idealista ni materialista y mucho menos este es un método fenomenológico o psicoanalítico es más bien noúmenologia pura, solo hay que llevar la atención a un gran nivel y se produce lo que se produce en el psicoanálisis la transferencia y ves a tu padre y a tu madre y hermanos en todos y si atiendes te darás cuenta que has superado a tu imaginación, a tu entendimiento y a tu razón, tu estas creando la realidad, tu eres el caldo y la presa en el caldo y quien se va a comer el caldo ¿Dirás lo estoy imaginando?  No, simplemente has dejado que el espíritu se transfiere y entonces hay personas, sujetos con los que estas biotejido   en amor y los cuidas ¿Puedes comprender?

 

Lo que viene luego es el espíritu objetivo donde desde una cibernética del tercer orden traspasas los bucles transferenciales, logrando un día nuevo, y es que la modernidad que logra el espíritu subjetivo, con su democracia y todo se convencionaliza como el pero de todos los sistemas el sistema capitalista, por esto urge, un espíritu objetivo que rompa con la lógica de dominio recre nuestras relaciones sociales, regresándonos a la comunidad, el problema es que la violencia retroalimenta más violencia, pero no se imaginen que la transferencia al ver a todos como una familia  es algo dulce , las familias develan con todo su poder la esquizofrenia paranoica  destructiva y sufre la histeria neurótica creativa, pro esto se hace necesario el anti espíritu que desde la nada se invierte en lo indeterminado en aquello que aparente un tránsito pero realmente no va a ningún lado, es la deconstrucción, todo queda descentrado todo queda como desarmado pero no analíticamente no es una destrucción es la realidad sin conciencia que la destruya o construya ya no hay más locura pero el precio que se paga es la muerte espiritual el mundo deconstruido es un mundo de zombis si podemos cocer un poco más el caldo   llegaremos al algoritmo he aquí el espíritu desintegrado se simula una integración en la red , pero la gente deja de transferir de creer y de crear es el mundo de la pos verdad.

 

Por esto es tan importante de que creas que puedes superar tu propia conciencia de que creas que el ejercicio hermenéutico puede ser superado y que detrás de toda creación hay una revelación y entonces la sincausualidad, la sincronicidad , la sintransferencia la   sintergia, revelando al sinsein el ser integro en un espíritu integrado aquí se logra la comunión, se hace pan, se toman bueno caldos se trapasan bucles traferenciales se supera lo indeterminado, se vuelve de la muerte algoritmica acabando con su necro política, es decir se entra al día de Dios, como siempre debimos de entrar como niños a los cuales se les sirve el más sustancioso caldo que ellos ha creado, recuerda y atiende cada vez que digas ser lo estas creando más son pocos los que saltan al otro lado del espejo, desde el que se crea todo nuestro mundo.

 

Si deseas lo que puede conceder

La realidad visible, eres un empleado.

 

Si deseas el mundo invisible no estás viviendo tu verdad

Ambos deseos son una nimiedad

Pero se te perdonara el haber olvidado  

Que lo que realmente deseas

Es la abrumadora dicha del Amor

 

 

 

 

Arriésgalo todo por amor

Si verdaderamente eres un ser humano

Si no márchate de esta reunión.

 

Las medias tintas no alcanza la majestuosidad

Partes en busca de Dios pero después

 Te detienes largo tiempo en posadas mezquinas

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

Al bajar por los rápidos sentado en una barca

Los árboles de la orilla parecen moverse a gran velocidad.

Pero lo que realmente cambia a nuestro alrededor

Es más bien la velocidad con que nuestra embarcación (reflexión)  

Va dejando este mundo.

 

No hay comentarios: