domingo, 29 de septiembre de 2024

La capitalización y socialización del sueño en búsqueda de nuestro verdadero rostro

 

La capitalización y socialización del sueño en búsqueda de nuestro verdadero rostro

 

Maestro, soy tu discípulo, soy pedro, he venido a negarte tres veces, aunque he llorado, por negar al maestro, así el maestro ha alcanzo su propio concepto. Por fin maestro, el sujeto es sustancia. ¿Pero a qué  costo llego el concepto?

 

Se discípulo de lo que me traspasa y de lo que te traspasa y entonces permíteme a mí también ser discípulo y aprender ¿A qué  costo llego el concepto? Francisco Huertas otro maestro discípulo en el biotejido me mando que leyera Rayuela capítulo 143   más yo creo que se refería al capítulo 80

 

 

Era natural pensar que él estaba esperando que se asomara a la ventana. Bastaba despertarse a las dos de la mañana, con un calor pegajoso, con el humo acre de la espiral matamosquitos, con dos estrellas enormes plantadas en el fondo de la ventana, con la otra ventana enfrente que también estaría abierta. Era natural porque en el fondo el tablón seguía estando ahí, y la negativa a pleno sol podía quizá ser otra cosa a plena noche, virar a una aquiescencia súbita, y entonces él estaría allí en su ventana, fumando para espantar los mosquitos y esperando que Talita sonámbula se desgajara suavemente del cuerpo de Traveler para asomarse y mirarlo de oscuridad a oscuridad. Tal vez con lentos movimientos de la mano él dibujaría signos con la brasa del cigarrillo. Triángulos, circunferencias, instantáneos escudos de armas, símbolos del filtro fatal o de la difenilpropilamina, abreviaciones farmacéuticas que ella sabría interpretar, o solamente un vaivén luminoso de la boca al brazo del sillón, del brazo del sillón a la boca, de la boca al brazo del sillón, toda la noche. No había nadie en la ventana, Traveler se asomó al pozo caliente, miró la calle donde un diario abierto se dejaba leer indefenso por un cielo estrellado y como palpable. La ventana del hotel de enfrente parecía todavía más próxima de noche, un gimnasta hubiera podido llegar de un salto. No, no hubiera podido. Tal vez con la muerte en los talones, pero no de otra manera. Ya no quedaban huellas del tablón, no había paso. 

 

Suspirando, Traveler se volvió a la cama. A una pregunta soñolienta de Talita, le acarició el pelo y murmuró cualquier cosa. Talita besó el aire, manoteó un poco, se tranquilizó. Si él había estado en alguna parte del pozo negro, metido en el fondo de la pieza y desde allí mirando por la ventana, tenía que haber visto a Traveler, su camiseta blanca como un ectoplasma. Si él había estado en alguna parte del pozo negro esperando que Talita se asomara, la aparición indiferente de una camiseta blanca debía haberlo mortificado minuciosamente. Ahora se rascaría despacio el antebrazo, gesto usual de incomodidad y resentimiento en él, aplastaría el cigarrillo entre los labios, murmuraría alguna obscenidad adecuada, probablemente se tiraría en la cama sin ninguna consideración hacia Gekrepten profundamente dormida. Pero si él no había estado en alguna parte del pozo negro, el hecho de levantarse y salir a la ventana a esa hora de la noche era una admisión de miedo, casi un asentimiento. Prácticamente equivalía a dar por sentado que ni Horacio ni él habían retirado los tablones. De una manera u otra había pasaje, se podía ir o venir. Cualquiera de los tres, sonámbulo, podía pasar de ventana a ventana, pisando el aire espeso sin temor de caerse a la calle. El puente sólo desaparecería con la luz de la mañana, con la reaparición del café con leche que devuelve a las construcciones sólidas y arranca la telaraña de las altas horas a manotazos de boletín radial y ducha fría. Sueños de Talita: La llevaban a una exposición de pintura en un inmenso palacio en ruinas, y los cuadros colgaban a alturas vertiginosas, como si alguien hubiera convertido en museo las prisiones de Piranesi. Y así para llegar a los cuadros había que trepar por arcos donde apenas las entalladuras permitían apoyar los dedos de los pies, avanzar por galerías que se interrumpían al borde de un mar embravecido, con olas como de plomo, subir por escaleras de caracol para finalmente ver, siempre mal, siempre desde abajo o de costado, los cuadros  en los que la misma mancha blanquecina, el mismo coágulo de tapioca o de leche se repetía al infinito. Despertar de Talita: Sentándose de golpe en la cama, a las nueve de la mañana, sacudiendo a Traveler que duerme boca abajo, dándole de palmadas en el trasero para que se despierte. Traveler estirando una mano y pellizcándole una pierna, Talita echándose sobre él y tirándole del pelo. Traveler abusando de su fuerza, retorciéndole una mano hasta que Talita pide perdón. Besos, un calor terrible —Soñé con un museo espantoso. Vos me llevabas. —Detesto la oniromancia. Cebá mate, bicho. —¿Por qué te levantaste anoche? No era para hacer pis, cuando te levantás para hacer pis me lo explicás primero como si yo fuera estúpida, me decís: «Me voy a levantar porque no puedo aguantar más», y yo te tengo lástima porque yo aguanto muy bien toda la noche, ni siquiera tengo que aguantar, es un metabolismo diferente. —¿Un qué? —Decime por qué te levantaste. Fuiste hasta la ventana y suspiraste. —No me tiré. —Idiota. —Hacía calor. —Decí por qué te levantaste. —Por nada, por ver si Horacio estaba también con insomnio, así charlábamos un rato. —¿A esa hora? Si apenas hablan de día, ustedes dos. —Hubiera sido distinto, a lo mejor. Nunca se sabe. —Soñé con un museo horrible —dice Talita, empezando a ponerse un slip. —Ya me explicaste dice Traveler, mirando el cielo raso. —Tampoco nosotros hablamos mucho, ahora —dice Talita. —Cierto. Es la humedad. 

 

—Pero parecería que algo habla, algo nos utiliza para hablar. ¿No tenés esa sensación? ¿No te parece que estamos como habitados? Quiero decir... Es difícil, realmente. —Transhabitados, más bien. Mirá, esto no va a durar siempre. No te aflijas, Catalina —canturrea Traveler, ya vendrán tiempos mejores / y te pondré un comedor. —Estúpido —dice Talita besándolo en la oreja—. Esto no va a durar siempre, esto no va a durar siempre... Esto no debería durar ni un minuto más. —Las amputaciones violentas son malas, después te duele el muñón toda la vida. —Si querés que te diga la verdad —dice Talita— tengo la impresión de que estamos criando arañas o ciempiés. Las cuidamos, las atendemos, y van creciendo, al principio eran unos bichitos de nada, casi lindos, con tantas patas, y de golpe han crecido, te saltan a la cara. Me parece que también soñé con arañas, me acuerdo vagamente. —Oílo a Horacio —dice Traveler, poniéndose los pantalones—. A esta hora silba como loco para festejar la partida de Gekrepten. Qué tipo. 

 

 

Lo que me plantea Francisco es el problema Hermenéutico Traveler y Talita quieren que sus sueños coincidan, como un escritor que tiene una intención Francisco me deja un mensaje de voz  que dice:  

     Yo soy lo que escribo  je suis ce que j'écris

 

Y u lector que hace la interpretación           
 
Yo soy lo que los otros sospechan Je suis ce que les autres soupçonnent    
 
Aunque Francisco lo dice de manera distinta en frances, pero la idea es esta el lector sospecha y dificilmente el sueño del autor y la interpretación del sueño del lector coincidiran ¿Como resolver este problema hermeneutico?
 
Pues nosotros proponemos la Hermenéutica de la revelación, que no es otra cosa que encarnar las palabras y es que la interpretación univoca ,nos llevara a una interpretacióna análoga y la interpretación análoga nos llevará  a una interpretación equivoca   perdiendose todo sentido y entonces encarnamos la palabra y sabiendo el lneguaje como una mascara somos payasos pero que tienen que lograr la univocidad encarnada ¿Cuál es la intención del autor ? 
 
El capítulo 143 de rayuela nos lo sugiere:  
 
Esta casa en que vivo se asemeja en todo a la mía: disposición de las habitaciones, olor del vestíbulo, muebles, luz oblicua por la mañana, atenuada a mediodía, solapada por la tarde; todo es igual, incluso los senderos y los árboles del jardín, y esta vieja puerta semiderruida y los adoquines del patio. También las horas y los minutos del tiempo que pasa son semejantes a las horas y a los minutos de mi vida. En el momento en que giran a mi alrededor, me digo: «Parecen de veras. ¿Cómo se asemejan a las verdaderas horas que vivo en este momento!» Por mi parte, si bien he suprimido en mi casa cualquier superficie de reflexión, cuando a pesar de todo el vidrio inevitable de una ventana se empeña en devolverme mi reflejo, veo en él a alguien que se me parece. ¿Sí, que se me parece mucho, lo reconozco! ¡Pero no se vaya a pretender que soy yo! ¡Vamos! Todo es falso aquí. Cuando me hayan devuelto mi casa y mi vida, entonces encontraré mi verdadero rostro.  
 
La intención del autor como de toda autoconciencia es encontrar su verdadero rostro y para esto tiene que entrar en el sueño, donde el símbolo muestra todo su poder invirtiéndonos y convirtiéndonos, aquí la transferencia ontológica lo es todo y el ser se puede mostrar como Vishnu ante Arjuna en su forma original divina donde hay rostros infinitos, ¿Pero como hacer que el sueño atraviesa la realidad?  Ahí interviene el arte del biotejido, yo te hago entrar en mi sueño, en mi rito, en mi mito y te convierto e invierto soy el mediador y el fin y entonces si es posible que los sueños coincidan, no soy un escritor soy un biotejedor y te hago pasar por el misterio pascual, recreo el misterio tremendo fascinante, revida el evangelio de la matria para que veas como funciona el biotejido, he perfeccionado mi técnica y logro invertir y convertir a las personas porque soy símbolo encarnado. 
 
Pero lograda la hermenéutica univoca encarnada ya somos uno y no hay nada más que hacer. No, ¿Acaso no quieres ver tu rostro? Y entonces debes de expresarlo y ahí vine la hermenéutica revelada análoga pasamos del espíritu absoluto al espíritu revelado 1→0→1→0→1→0  y yo les enseño lo pre expresivo, lo meta expresivo, lo expresivo e impresivo  y ellos pueden ver su rostro, claro si no se cansan de buscarlo, porque en cada recreación del biotejido hay un rostro nuevo, lo terrible de esto es que el rostro absoluto de lo simbólico se pierde, el sueño pierde poder y la transferencia ontológica es menor y es que ahora sabes recrear sueños pero tu fe en ellos es menor y entonces te entregas a ellos ya no como una virgen sino como una esposa aburrida, es esa la diferencia entre la religión y el arte, en el arte las formas adquieren belleza, pero la belleza misma más allá  de toda forma se pierde, ese tenor que el poeta quiere transferir es intransferible, al menos que vivas la experiencia religiosa de encontrar tu propio rostro, pero aun en la hermenéutica análoga encarnada hay valor, hay ser transferido y tú  puedes recrearlo, pero no lo comprendes no puedes conceptualizarlo, hay que pasar a una hermenéutica equivoca encarda, para que puedas concebir tu rostro y aquí se pierde mucho ¿Cuál es el costo del concepto? La perdida del ser, de pronto tú  dices pero lo pude conceptuar, tengo por fin una idea propia y yo te hago recordar que la mejor idea es saber que no sabemos la idea y que por lo tanto en el concepto no podemos confiar, vuelve del concepto al símbolo que no te pase lo de Hegel, el concepto mata pero aun peor que el concepto es la formula y a eso apunto Marx: 
 
https://www.youtube.com/watch?v=V8qlOAYk6dI  
 
Este video me lo mando otro maestro alumno del Biotejido que está en Alemania pero que tiene el corazón en el  Perú Herbert y en este video    
Borja rescata tres idas de Marx la teoría del valor, la plusvalía y la crisis cíclica del capitalismo, examinemos la teoría del valor. 
¿Dónde está  el valor en el uso o el cambio?  
En una transferencia ontológica el valor está  en el símbolo en el sueño, así este pasar de cosa al narciso a Dios mismo no es otra cosa que el proceso religioso de una religión natural donde se adora a las cosas a la naturaleza  a una religión artificial donde se adora a las cosas en la que nos proyectamos transferimos dándole a los dioses un antropomorfismo  como en la religión griega a un religión revelado donde Dios es irrepresentable  y entonces despertamos del sueño. 
 
Así  el símbolo revelado no se puede cuantificar y aun su cualificación excede toda posibilidad del devenir superando toda contradicción ahí está  el valor, que no es de uso ni de cambio, pero recuerda que pasamos luego al arte y el rostro se representa y esto se puede cuantificar y cualificar más el arte no se usa, se contempla y al contemplarlo puedes religarte en el descubriendo el poder del símbolo que guarda pero tú  quieres cuantificar, explicar y conceptualizas, aquí hay mucho menos valor al menos que hagas lo que hace Hegel dar cuenta de todo el proceso histórico de conceptualización y aun así  Hegel se pierde y desde el concepto formula el estado burgués, pero la verdadera formula la descubre Marx la formula del dinero, y solo aquí puedo cuantificar el sueño la transferencia ontológica se hace tiempo de trabajo y en el mercado esa transferencia se hará  capital ¿Por qué?  Marx nos dirá  porque hay alguien que se vacía y es capitalizado, así podemos decir que realmente se descubre el valor dentro de lo pascual esta lo dharmico. 
 
1→0→1→0→1  
 
He aquí el otro lado del símbolo que el sueño no puede revelar, el trabajador se socializa en su obra se descarga de toda transferencia, el catador de nubes provoca lluvias, en ese intento por transferir el ser trabajamos y nos vaciamos del ser de toda nuestra energía y solo así vacíos podemos volver a Dios, en el sueño no podemos volver a Dios, pero al volver a Dios llenamos de energía el biotejido, y el capitalismo encontró la formula para cuantificar esta transferencia en el dinero, y si ya en el arte se perdía el ser, en el concepto desaparecía, en el dinero se lo está  simulando, hay un ser transferido en cada trabajo, hay necesidades materiales que harán que ciertas obras se hagan mercancía porque tienen no solo un valor de uso sino un valor de cambio pero hay otra mercancías que tiene un valor de cambio porque hay una transferencia en ellas del ser, la naturaleza lo logra con el oro y las piedras preciosas, ahí esta el ser pero el hombre lo logara con su artesanía, esta transferencia ontológica no la comprende Marx y es que mucho después escribe Heidegger para preguntarse por el ser, y esta donación del ser, está  pensada hace muy poco por Jean luc Marion en su teología de la donación , la cual yo la pienso como un proceso de   transferencia que está  en todos nuestros trabajos y entonces no es solo el tiempo del trabajo sino la cualidad de la transferencia ontológica que solo la libido reflexionada puede reconocer en esa búsqueda de su propio rostro, ahí está  el valor de cambio, pero ¿Qué  hace el capitalismo? Se apropia de ese valor, pero lo peor de todo es que confunde su rostro verdadero con el rostro del capital y hace imposible a los hombres la búsqueda de su verdadero rostro, el capitalismo hace imposible el valor, simula el valor pero ene l se pierde toda la transferencia ontológica, y aunque deja un espacio pequeño al arte, a la religión y a la filosofía, su ciencia se basa en simular el valor a partir de la tecnología y así se produce muchísimo, pero nada de lo que se produce tiene transferencia ontológica, es algo hermoso vaciarse pero que se puede vaciar cuando uno ya está  vacío, necesito un tiempo para entrar en el sueño  y otro para vaciarme de él , pero el capitalismo es el peor enemigo del ser, porque lo transfiere al dinero y luego capitaliza dinero olvidando por completo al ser, así  en vez de generar riqueza genera pobreza, aunque tengamos mucho dinero, no hay en ese dinero casi nada de ser y el problema es aún mayor , porque el dinero si logra capitalizar el tiempo de trabajo y las materias primas, así  que sin dinero no puedes sobrevivir. 
 
A Marx les costó  la muerte de sus seres queridos escribir el capital, llegar al concepto, a mí  me cuesta la vida y un sin fin de humillaciones porque buscar el ser no tiene ningún valor aparente en este sistema, Pero ¿Porque conceptualizar? ¿Por qué formular? Porque con ello  socializamos y la bendición está  en dar, en el símbolo capitalizo realmente capitalizo, en el arte hay una socialización pero todavía hay capital, en el concepto la socialización en mayor que el capital y este casi desaparece, al menos que el concepto haga de llamado al mito al menos que el logos nos lleve al padre, en la formula  ya no hay ser este queda simulado al menos que la formula nos haga volver al concepto, este al arte, el arte a la religión y la religión al juego de la vida, y esto es lo que pretendo con la teoría de la transferencia ontológica en una cibernética de tercer orden, todo sistema es una simulación, donde lo real y la realidad se pierden , donde realmente no capitalizamos ni socializamos, el verdadero capital no puede ser sistemático hace poco hice el amor con mi mujer realmente el amor y no siguió  ningún patrón fue una sorpresa como si le hiciera el amor a una montaña, yo me di por entero y ella se abrió a mi como nunca , nuestros sueños coincidieron y aunque realmente no la llene, ahí sí  hubo capital y socialización, los sueños de Traveler y Talita coincidieron, así que Borja tiene razón y no, Marx no ha superado a Hegel, no tiene una obra sobre ontología o epistemología o por lo menos ética muchos menos estética que es lo crucial en esto de la transferencia pero instala una sospecha que derrumba el sistema idealista ¿El trabajo es el que genera valor? Nosotros respondemos por supuesto Marx siempre y cuando ese trabajo sea una  socialización ontológica ¿Pero al estar vivos no todo trabajo es una socialización ontológica? Y nosotros respondemos no, porque el hombre vive espiritualmente desde su autoconciencia, eliminado el espíritu, es decir esta religación del hombre consigo mismo, el hombre no es más que una máquina y como tal será superado por la inteligencia artificial porque encima es una maquina defectuosa poco eficaz, es hora de volver al ser capitalizarlo es decir reconocerlo como lo más importante y socializarlo entonces el trabajo tendrá sentido y teniendo sentido será imposible de explotarlo, porque no habrá  mayor dicha que socializarce es decir darse completamente, desapareciendo en ese darse toda posibilidad de sistema de rutina de rostro falso.                                                                                           
    
                                
   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La  tesis  de que  el sueño  tiene  un sentido  es,  por  lo  pronto,  una  tesis polémica  que  Freud  defiende  en  dos  frentes:  por  una  parte  se  opone a  toda  concepción  de  que  el  sueño  es  un  juego  fortuito  de  represen-taciones,  un  desecho  de  la  vida  mental,  cuyo  único  problema  sería su  falta  de  sentido.   Desde  este  primer  punto  de  vista,  hablar  del sentido  del  sueño  es  declarar  que  se  trata  de  una  operación  inteligible,  incluso  intelectual,  del  hombre;  comprenderlo  es  experimentar su  inteligibilidad.  Por  otra  parte,  la  tesis  se  opone a  toda  explicación prematuramente  orgánica  del  sueño:  significa  que  podemos  sustituir siempre  el  relato  del  sueño  por  otro  relato,  con  semántica  y  sintaxis, pudiendo   comparar  ambos   relatos   como   comparamos   dos  textos. Freud  incluso  asimila  esta  relación  de  texto  con  texto  —con  mayor  o menor  fortuna—  a  la  relación  de  traducción  de  una  lengua  original a  otra  lengua;  volveremos  después   a   estudiar  la  exactitud  de  tal analogía.   Tomémosla,   de  momento,   como  afirmación   taxativa  de que  la   interpretación   avanza   desde  un  sentido   menos   inteligible hacia  un  sentido  más  inteligible;  debe  ser  lo  mismo  que  la  analogía del  jeroglífico  perteneciente  al  mismo  ciclo  de  relaciones,  la  de  un texto  oscuro  respecto  al  texto  claro. 

 

Esta  asimilación  del  sentido  a  un  texto  permite  corregir  lo  que haya  de  equívoco  en  la  noción  de  síntoma;  el  síntoma  ya  es  cierta-mente  un  efecto-signo  y  presenta  la  estructura  mixta  que  todo  nuestro estudio  pretende  delimitar;  pero  esta  estructura  mixta  se  revela  en el  sueño  mejor  que  en  el  síntoma.4   Por  pertenecer  al  discurso,  el sueño  descubre  el  síntoma  como  sentido  y  nos  permite  coordinarlo  normal  y  lo  patológico  en  lo  que  podría  llamarse  una  semiología general. Pero  ¿puede mantenerse la interpretación  en  ese nivel  no ambiguo en  que  las  relaciones  serían  relaciones  de  sentido  a  sentido?   La  interpretación  no  puede funcionar sin  poner en  juego  conceptos  de  índole totalmente   diferente,   estrictamente   energéticos;   es   imposible,   en efecto,  llevar a  cabo  el  primer  cometido  de  la  interpretación  —el  de encontrar  qué  "pensamiento",  qué   "idea",  qué   "deseo"   se  satisfacen  en  forma  disfrazada—  sin  examinar  los  "mecanismos"  que  constituyen  el  trabajo  del  sueño,  los  que  garantizan  la  "transposición"  o"distorsión"  (Entstellung)   del  pensamiento  del  sueño  en  su  contenido manifiesto.   Tal  estudio  del  trabajo  del  sueño  constituye,  según  uno de  los  textos  metodológicos  de  La  interpretación  de  los  sueños,  el segundo  cometido.5   Pero la  distinción  de  ambas  tareas  no  tiene  más

 

que  un  valor  pedagógico:  el  esclarecimiento  de  los  pensamientos  in-conscientes del sueño muestra únicamente que son los mismos pensamientos de la vigilia; lo extraño, en cambio, se concentra en  el trabajo mismo  del  sueño.   La  transposición  o  distorsión  —en  que  ese  trabajo  consiste  en  líneas  generales—  separa  al  sueño  del  resto  de  la vida  psíquica,  así  como  la  revelación  de  los  pensamientos  del  sueño aproxima  a  éste  a  la  vida  despierta. Más  aún,  el  primer  cometido  —aunque  mal  diferenciado  del  segundo  en  la  factura  del  libro—  no  puede  ir  muy  lejos  sin  recurrir  a conceptos  económicos.   En   efecto,  dar  con  los   "pensamientos"  del sueño  supone hacer  cierto  viaje  regresivo  que,  más  allá  de las  impresiones  y  excitaciones  físicas  actuales,  más  allá  de  los  recuerdos  de  la vigilia  o  restos  diurnos,  más  allá  del  deseo actual  de dormir,  descubre lo inconsciente,  esto  es,  los deseos  más antiguos.  Lo que  emerge a  la superficie es nuestra infancia  con  sus  impulsos  olvidados,  reprimidos, rechazados  y,  con  nuestra  infancia,'emerge  también  la  de  la  humanidad,  resumida  de  algún  modo  en  la  del  individuo.   El  sueño  nos lleva  a  un  fenómeno  fundamental  que  nos  preocupará  de  continuo.  en  este  libro:  el  fenómeno  de  la  regresión,  cuyos  aspectos  no  sólo cronológicos  sino  también  tópicos  y  dinámicos  comprenderemos  mejor  en  seguida.   En  esta  regresión,  lo  que  a  partir  de  conceptos  desentido  nos  remite  a  conceptos  de  fuerza  es  esa  relación  con  lo  abolido,  con  lo  prohibido,  con  lo  reprimido;  es  el  cortocircuito  de  lo arcaico y lo onírico; porque lo  fantástico ahí  es  lo fantástico  del  deseo. Si  el  sueño  tiende  por  su  carácter  de  relato  al  discurso,  en  cambio  su relación  con  el  deseo  lo  sitúa  del  lado  de  la  energía,  el  conato,  la apetición,  la  voluntad  de  poder,  la  libido,   o  como  quiera  decirse. 

 

De  este  modo  el  sueño,  como  expresión  del  deseo,  se  encuentra  en el  cruce entre  el  sentido y  la  fuerza. La  interpretación  (Peuíung),  sin  identificarla aún  con  el  trabajo de  desciframiento  correlativo  del  trabajo  del  sueño  y  vinculada  al contenido  psíquico  más  que  al  mecánico,  comienza  no  obstante  a recibir su propia  estructura; una  estructura mixta:  por una parte y en términos  de  significación,  la  interpretación  es  un  movimiento  de  lo manifiesto  hacia  lo  latente;  interpretar  es  trasladar  el  origen  del  sentido  hacia  otro  lugar.  La  tópica,  al  menos  en  su  forma  estática,  estrictamente  topográfica,  representará  este  mismo  movimiento  interpretativo  que  va  del  sentido  aparente  hacia  otro  lugar  del  sentido; pero  ya  a  este  primer  nivel  es  imposible  entender  por  Deuttmg  una mera  relación  entre  discurso  cifrado  y  discurso  descifrado;  ni  puede uno  contentarse  con  decir  que  lo  inconsciente  es  un  discurso  diferente,  un   discurso   ininteligible.    La   "transposición"  o   "distorsión"(VersteUung)  que  la  interpretación  realiza  yendo  del  contenido  manifiesto  hacia  el  contenido  latente,  descubre  otra  transposición:  la del  deseo  en  imágenes, a  la  cual  Freud  dedica  el  capítulo  iv.  Usando una  expresión  de  la  Metapsicología,  el  sueño  sería  ya  una  "vicisitud de  la  pulsión"  [un  destino  de instinto].Pero  entonces  es  imposible  precisar  más  este  tema  de  la  Verstel-lung  sin  pasar  al  segundo  cometido,  esto  es,  sin  explicar  los  mecanismos  del  "trabajo  del  sueño"   (Traumarbeít),  objeto  del  capítulo  vi. Esta  segunda  tarea  requiere,  más  obviamente  que  la  primera,  componer  entre    dos  universos  del  discurso:  el  discurso  del  sentido  y  el de  la  fuerza.   Afirmar  que  el  sueño  es  la  realización  de  un  deseo reprimido  supone  conjugar  dos  conceptos  que  pertenecen  a  órdenes diferentes:  la  realización  o  cumplimiento   (ErfüUung)   pertenece  al discurso  del  sentido   (como  lo  atestigua  su  parentesco  con  Husserl)y  la  represión   (Verdrángung)   pertenece  al  discurso   de  la  fuerza;la  noción  de  VersteUung  combina  las  dos  y  expresa  la  fusión  de  dos conceptos,  ya  que  el  disfrazamiento  es  una  especie  de  manifestación y,  a  la  par,  la  distorsión  que  altera  esa  manifestación,  la  violencia hecha  al  sentido.   La  relación  entre  lo  oculto  y  lo  manifiesto  en  el disfrazamiento  implica,  pues,  una  deformación  o  desfiguración  que sólo puede expresarse como una  transacción  de fuerzas.  A  ese mismo discurso  mixto  pertenece  el  concepto   de  "censura",  correlativo  del concepto  de  distorsión:  ésta  es  el  efecto,  y  la  causa  es  la  censura. Pero  ¿qué  significa  censura?   La  palabra  está  muy  bien  escogida:  por una parte la censura  se manifiesta al nivel de un texto al que impone vacíos,  sustituciones  de   palabras,   eufemismos,  alusiones,  artimañas de construcción;  las noticias sospechosas o subversivas  se desplazan y  ocultan  en  recuadros  anodinos.   Por  otra  parte,  la  censura  es  la  expresión de un poder, concretamente un poder político, que se ejerce contra  la  oposición  atacándola  en  su  derecho  de  expresión.  Ambos sistemas  de  lenguaje  están  tan  estrechamente  mezclados  en  la  idea de  censura,  que  debemos  decir  tanto  que  la  censura  sólo  altera  un texto  reprimiendo  una  fuerza  como  que  sólo  reprime  una   fuerza prohibida trastornando su expresión. Esto que decimos sobre las nociones de disfrazamiento,  distorsión y  censura  —características  globales  de  la  "transposición"  efectuada por  el  trabajo  del  sueño—  se  patentiza  más  todavía   si  consideramos por  separado  los  diversos  mecanismos  constitutivos  del  trabajo  del sueño;  ninguno  puede  ser  formulado  sin  recurrir  a  ese  mismo  len-guaje mixto.En  efecto,  de  un  lado  el  trabajo  del  sueño  es  lo  contrario  del trabajo  de  desciframiento  que  efectúa  el  analista;  a  este  respecto  es homogéneo  de  las  operaciones  mentales  que  lo  recorren  en  sentido inverso.   Por  eso  los  dos  procedimientos  principales  estudiados  .en  el capítulo  vi  de  La  interpretación  de  los  sueños   (la  "condensación"—Verdichtungparbeit—   y   el    "desplazamiento"    —Verschiebungpar-beit—)  son  efectos  de sentido  perfectamente comparables  a  procedimientos retóricos.  Freud mismo compara la  condensación  con un  giro abreviado, lacónico, con una  expresión lacunar; al mismo tiempo  sería una  formación  de  expresiones  compuestas  que  pertenecen  a  varias cadenas  de  pensamientos.   En  cuanto  al  desplazamiento,  lo  compara con  un  descentramiento  del  polo  organizador o  incluso  con  una  inver-sión  de  acento  o  de  valor;  las  diversas  representaciones  cambian  sus"intensidades  psíquicas"  del  contenido  latente  al  contenido  manifiesto.  Ambos  procesos  testifican,  en  el  plano del  sentido, la  existencia  de una  "sobredeterminación"  que  reclama  justamente  la  interpretación.Decimos  que  cada  elemento  del  contenido  del  sueño  está  sobredeterminado  cuando  está  "representado  varias  veces  en  los  pensamientos del  sueño".6  También  la  condensación  y  el  desplazamiento  postulan, aunque  en  forma  diferente,  tal  sobredeterminación.  Esto  es  claro  en cuanto  a  la  condensación:  aquí  se trata  de  desplegar la  multiplicidad de  significaciones,  de  explicitarlas,  mediante  el  método  de  libre  asociación.   Pero  la  sobredeterminación  no  está  exigida  menos  por  el desplazamiento,  que  tiene  que  ver  más  con  intensidades  psíquicasque  con  el  número  de  representaciones:  para  crear  nuevos  valores, desplazar  los  acentos  o  "dejar  de  lado"  el  punto  de  intensidad,  es inevitable  que  el  desplazamiento  vaya  por  el  camino  de  la  sobre-determinación.

 

 

Pero  esta  sobredeterminación  —que  se  formula  en  el  lenguajedel sentido— es la contrapartida de los procesos que se formulan en el lenguaje de la fuerza:  condensación quiere decir compresión; desplaza-miento  quiere  decir  transferencia  de  fuerzas:  "Somos  llevados  a  su-poner que  en  el  trabajo  del  sueño  se  manifiesta  una  fuerza  psíquica(eíne  psychische  Machi)  que,  por  una  parte,  despoja  de  su  intensidad a  elementos  de alto  valor  desde el punto de vista  psíquico  y,  por otra  parte,  crea,  gracias a  la sobredeterminación y  con  elementos  de menos  valor,  Valores'  (Wertigkeiten)   nuevos  que  penetran  así  en el  contenido  del  sueño.   En  tal  caso  ha  habido  en  la  formación  del sueño  transferencia  y  desplazamiento  de  las  intensidades  psíquicasde  los  diversos  elementos,  de  donde  resulta  la  diferencia  de  texto entre  el  contenido  del  sueño  y  los  pensamientos  del  sueño.   El  pro-ceso  indicado  constituye  así  la   parte  verdaderamente  esencial  del trabajo  del  sueño:  merece  ser  llamado  desplazamiento  del  sueño; desplazamiento  y  condensación  son  los  dos  maestros-de-obra  a  cuya actividad  hemos  de  atribuir  principalmente  la  configuración   (Ge-staltung)  del  sueño".8   Hay,  pues,  entre  la  "sobredeterminación"   (o"determinación  múltiple")  y el  trabajo  de  "desplazamiento", o  el  de"condensación",  la  misma  relación  que  entre  sentido  y  fuerza. Idéntico  discurso  mixto  se  requiere  para  el  tercer  procedimiento que  da  al  sueño  su  carácter  específico  de  "escena"  o  "espectáculo"; mientras  que  la  condensación  y  el  desplazamiento  daban  cuenta  de la  alteración  de  los  temas  o  del  contenido,  la  "figuración"  (Darstel-lung)  designa  otro  aspecto  regresivo  que  Freud  denomina  regresión formal  (para  distinguirla  de  la  regresión  cronológica  ya  explicada  y de la  regresión  tópica  de la  que hablaremos  más  tarde).*  Ahora  bien, tal  "figuración"  se  presta  a  ser  descrita  en  términos  de  significación; así se observará el fallo sintáctico, la sustitución de todas las relaciones lógicas  por  sus  equivalentes  figurados,  la  figuración  de  la  negación por  la  unión  de  contrarios  en  un  solo  objeto,  el  carácter  de  mimo o  jeroglífico  del  contenido  manifiesto  y,  en  general,  el  retorno  a  la expresión  imaginativa  y  concreta.   Dejemos  de  momento  la  cuestión de  la  simbólica  sexual,  en  la  que  se  ha  concentrado  en  demasía  la discusión  y  cuyo  lugar  exacto  veremos  oportunamente,  y  planteemos en  toda  su  amplitud  el  problema  que  Freud  mismo  denomina  "exa-men  de  la  aptitud  para  la  figuración".10   Lo  que  al  respecto  parece  caracterizar  al  sueño  es  su  regresión  más  allá  de  la  imagen-recuerdo hasta  la  restauración  alucinatoria  de  la  percepción.   Freud  puede  asíescribir:   "La  estructura  coherente  (das  Gefüge)  de  los  pensamientosdel  sueño  se  diluye,  durante  la  regresión,  en  su  material  bruto".11Pero  esta   regresión  a  la  imagen,  acabada  de  describir  en   términos de  significación  como  restauración  alucinatoria  de  la  percepción,  es a la par un  fenómeno  económico que  sólo  puede formularse  en  términos   de   "cambios   de  investiciones   energéticas   en   los   diversos   siste-mas".12Antes  de  seguir,  cabe  la  objeción  de  que  la  Traumdeutung  arrastra  en  este punto  una  ilusión  que  Freud  debía  abandonar  poco  después  de  publicar  su  obra  maestra;  no  es  difícil  reconocer,  en  el  fondo de  esta  teoría  cuasi-alucinatoria  del  sueño  —igual  que  en  el  Proyec-to   de   1895—,   la   creencia   en   la   realidad   de  la   escena   infantil   deseducción;  las  huellas  perceptivas  de  esa  escena  son  las  que  aspiran a  revivir  y  ejercen  cierta  atracción  sobre  los  pensamientos  reprimidos, ellos  mismos  ávidos  de  expresión:  "conforme  a  esta  concepción  podría describirse  el  sueño  como  el  sustituto   (Ersatz)   de  la  escena  infantil, modificada   por  transferencia  a  elementos  recientes".13    Según   estemodelo   de   la   escena   infantil   —para   Freud   ejemplar—,   el   núcleo residual  del  sueño  consistiría  en  una  "completa  investición  alucina-toria  de  los  sistemas  perceptivos,  y  lo  que  hemos  descrito  al  analizar el  trabajo  del  sueño  como  'examen  de  la  aptitud  para  la  figuración'(o  'examen  de  la  representabilidad')  podría  relacionarse  con  la  atracción  selectiva  ejercida  por  la  evocación  visual  de  escenas  que  pueden ser  afectadas  por  los  pensamientos   del  sueño".14Estos  textos  no  dejan  lugar  a  duda:  la  preferencia  concedida  a  la figuración  en  el  trabajo  del  sueño  tiene  para  Freud  el  valor  de  una reviviscencia  alucinatoria  de  una  escena  primitiva  que  ha  pertenecido realmente  a  la  percepción.   Sin  embargo,  la  objeción  que  cabe  plantear  afecta  más  a  la  tópica  del  capítulo    que  a  la  descripción  de  la figuración  en  el  marco  del  trabajo  del  sueño.   Al  interpretar  la  escena infantil  como  un  recuerdo  real,  Freud  se  condena  sin  duda  a  con-fundir  la  fantasía  con  la  huella  mnémica  de  una  percepción  real;  la regresión  tópica  resulta  ser  regresión  perceptiva  y  entonces  falta  la  dimensión  propia   de  lo  imaginario.   Volveremos  más  adelante  sobre este  punto.    Para  nuestro  propósito   actual   bástenos   con  constatar que  la  regresión  formal  —característica  de  la  "figuración",  es  decir, el  retomo  de  lo  lógico  a  lo  figurativo—  plantea  un  problema  análogo  caracterizar  al  sueño  es  su  regresión  más  allá  de  la  imagen-recuerdo hasta  la  restauración  alucinatoria  de  la  percepción.   Freud  puede  así escribir:   "La  estructura  coherente  (das  Gefüge)  de  los  pensamientos del  sueño  se  diluye,  durante  la  regresión,  en  su  material  bruto".11Pero  esta   regresión  a  la  imagen,  acabada  de  describir  en   términosde  significación  como  restauración  alucinatoria  de  la  percepción,  es a la par un  fenómeno  económico que  sólo  puede formularse  en  términos   de   "cambios   de  investiciones   energéticas   en   los   diversos   siste-mas".12Antes  de  seguir,  cabe  la  objeción  de  que  la  Traumdeutung  arras-tra  en  este punto  una  ilusión  que  Freud  debía  abandonar  poco  des-pués  de  publicar  su  obra  maestra;  no  es  difícil  reconocer,  en  el  fondo de  esta  teoría  cuasi-alucinatoria  del  sueño  —igual  que  en  el  Proyec-to   de   1895—,   la   creencia   en   la   realidad   de  la   escena   infantil   deseducción;  las  huellas  perceptivas  de  esa  escena  son  las  que  aspiran a  revivir  y  ejercen  cierta  atracción  sobre  los  pensamientos  reprimidos, ellos  mismos  ávidos  de  expresión:  "conforme  a  esta  concepción  podría describirse  el  sueño  como  el  sustituto   (Ersatz)   de  la  escena  infantil,modificada   por  transferencia  a  elementos  recientes".13    Según   este modelo   de   la   escena   infantil   —para   Freud   ejemplar—,   el   núcleo residual  del  sueño  consistiría  en  una  "completa  investición  alucina-toria  de  los  sistemas  perceptivos,  y  lo  que  hemos  descrito  al  analizar el  trabajo  del  sueño  como  'examen  de  la  aptitud  para  la  figuración'(o  'examen  de  la  representabilidad')  podría  relacionarse  con  la  atracción  selectiva  ejercida  por  la  evocación  visual  de  escenas  que  pueden ser  afectadas  por  los  pensamientos   del  sueño".14Estos  textos  no  dejan  lugar  a  duda:  la  preferencia  concedida  a  la figuración  en  el  trabajo  del  sueño  tiene  para  Freud  el  valor  de  una reviviscencia  alucinatoria  de  una  escena  primitiva  que  ha  pertenecido realmente  a  la  percepción.   Sin  embargo,  la  objeción  que  cabe  plantear  afecta  más  a  la  tópica  del  capítulo    que  a  la  descripción  de  la figuración  en  el  marco  del  trabajo  del  sueño.   Al  interpretar  la  escena infantil  como  un  recuerdo  real,  Freud  se  condena  sin  duda  a  con-fundir  la  fantasía  con  la  huella  mnémica  de  una  percepción  real;  la regresión  tópica  resulta  ser  regresión  perceptiva  y  entonces  falta  la  di-mensión  propia   de  lo  imaginario.   Volveremos  más  adelante  sobre este  punto.    Para  nuestro  propósito   actual   bástenos   con  constatar que  la  regresión  formal  —característica  de  la  "figuración",  es  decir, el  retomo  de  lo  lógico  a  lo  figurativo—  plantea  un  problema  análogo

 

 

al  de la  condensación  y  el  desplazamiento:  también  la  propia  figura-ción  es  una  "transposición",  por  tanto  un  impedimento  para  la  ex-presión  directa,  la  forzada  sustitución  de  un  modo  de  expresión  por otro.  Consecuentemente,  en  los  tres  casos  —condensación,  desplaza-miento y figuración— el sueño es  un  trabajo.  Por lo  cual la Deutung correspondiente  será  también  un  trabajo  que,  para  tematizarse,  re-quiere  un  lenguaje  mixto,  ni  puramente  lingüístico   ni  puramente energético .Que  la  interpretación  sea  un  trabajo  constituye  la  clave  de  una dificultad que será el punto final de este estudio de los conceptos ma-yores  de La  interpretación  de  los sueños,  antes  de  adentrarme  en  latópica  del  capítulo  .   Esta  dificultad  concierne  al  uso  que  hace Freud  de  la  noción  de  símbolo  y  de  interpretación  simbólica. Este uso resulta  ya a primera  vista bastante desconcertante ya  que, por  un  lado,  Freud  opone  su  interpretación  a  una  interpretación  simbólica  y,  por  otro,  concede  un  importante  lugar,  precisamente  en  el marco  de  la  figuración,  a  la  simbólica  sexual  del  sueño  (con  la  que pronto  se identificó  el  libro entero).  Interesa  puntualizarlo  en  seguida,  ya  que,  en  el  vocabulario  de nuestra  "Problemática"  el  símbolo  se aplica  a  todas  las  expresiones  de  doble  sentido  y  constituye  el  pivotede  la  interpretación.   Si  el  símbolo  es  el  sentido  del  sentido,  toda  la hermenéutica  freudiana   debiera   ser   una   hermenéutica   del   símbolo como lenguaje  del  deseo.  Ahora  bien,  Freud  da  al  símbolo  una  acepción mucho más restringida 

 

 

Recorriendo  las  teorías  del  sueño  anteriores  a  la  suya  encuentra, entre  las  interpretaciones  populares,  la  interpretación  simbólica  a  la que  opone  como  "esencialmente  diferente"  el  método  de  descifra-miento:   "El  primero  de  estos  procedimientos  considera  el  contenido  del  sueño  como  un  todo  y  trata  de  sustituirlo  por  otro  contenido comprensible y,  en  ciertos  aspectos,  análogo.  Se  trata  de la  interpretación simbólica  del sueño:  naturalmente,  fracasa ante los  sueños que son  no  sólo  incomprensibles  sino  embrollados".16   Es  así  como  José explica  los  sueños  del  Faraón  y  como  el  poeta  Jensen   —autor  de aquella  Gradiva,  comentada  años  después  por  Freud—  atribuye  al protagonista  de su  novela  sueños  artificiosos  pero  fáciles  de  entender.El  segundo  método,  la   ChiffrieTmethode  o  desciframiento,   "trata   el sueño  como  una  especie  de  documento  secreto  donde  cada  signo  se traduce  a  otro  signo  de  significación  conocida  conforme  a  una  clavefija".17   Esta  traducción  mecánica,  palabra  por  palabra,  ignora  total-mente  el  desplazamiento  y la  condensación;  pero  al  menos  ese  desci-framiento  está  más  cerca  del  método  analítico  que  del  método  simbólico  en  cuanto  que  se  trata  de  un  análisis  en  détail  (en  detalle)  y  noen  masse   (global);18  como  el  desciframiento,  el   análisis   trata   el sueño  como  un  todo  "compuesto",  como  un  "conglomerado  de  de-formaciones  psíquicas".19   El  método  de  libre  asociación  se  asemejaal  análisis  de  la   Chiffrien'erfahren   y  se  aleja   del   método   simbólico  

 

 

Recorriendo  las  teorías  del  sueño  anteriores  a  la  suya  encuentra, entre  las  interpretaciones  populares,  la  interpretación  simbólica  a  la que  opone  como  "esencialmente  diferente"  el  método  de  descifra-miento:   "El  primero  de  estos  procedimientos  considera  el  contenido  del  sueño  como  un  todo  y  trata  de  sustituirlo  por  otro  contenido comprensible y,  en  ciertos  aspectos,  análogo.  Se  trata  de la  interpre-tación simbólica  del sueño:  naturalmente,  fracasa ante los  sueños que son  no  sólo  incomprensibles  sino  embrollados".16   Es  así  como  Joséexplica  los  sueños  del  Faraón  y  como  el  poeta  Jensen   —autor  deaquella  Gradiva,  comentada  años  después  por  Freud—  atribuye  al protagonista  de su  novela  sueños  artificiosos  pero  fáciles  de  entender. El  segundo  método,  la   ChiffrieTmethode  o  desciframiento,   "trata   el sueño  como  una  especie  de  documento  secreto  donde  cada  signo  se traduce  a  otro  signo  de  significación  conocida  conforme  a  una  clavefija".17   Esta  traducción  mecánica,  palabra  por  palabra,  ignora  total-mente  el  desplazamiento  y la  condensación;  pero  al  menos  ese  desci-framiento  está  más  cerca  del  método  analítico  que  del  método  simbó-lico  en  cuanto  que  se  trata  de  un  análisis  en  détail  (en  detalle)  y  noen  masse   (global);18  como  el  desciframiento,  el   análisis   trata   elsueño  como  un  todo  "compuesto",  como  un  "conglomerado  de  de-formaciones  psíquicas".19   El  método  de  libre  asociación  se  asemejaal  análisis  de  la   Chiffrien'erfahren   y  se  aleja   del   método   simbólico 

 

 

santamente,  aunque  siempre  dentro  de  un  marco  subordinado;  pri-mero  estuvo  encuadrado  entre  los  "sueños  típicos"  (cap.  v),  luegobajo  el  tema  de  la  "figuración"  (cap. vi)  —a  partir  de  1914.  Fueron los  "sueños  típicos"  (sueños *3e desnudez, sueños referentes a la muer-te  de  seres  queridos,  etc.)   los  que  llamaron  la  atención  de  Freudsobre  el  sentido  especial  del  simbolismo;  no  tardaría  Freud  en  observar  que  tales  sueños  son  los  que  ofrecen  menor  apoyo  al  método  dela  interpretación;  poco  a  poco  va  desprendiéndose la  conclusión  de que el  simbolismo  plantea  problemas  específicos,  aunque  no  haya  función simbólica propia digna  de figurar entre los procedimientos  del trabajo onírico.   Todos  los  ejemplos  de  símbolos  en  el  sueño  "me han  llevado a  la  misma  conclusión:  no  hay  necesidad  de  postular,  en  el  trabajo del  sueño,  una  especial  actividad  simbolizante  del  alma;  el  sueño  se sirve  de  simbolizaciones  que  ya  están  preformadas  y listas  en  el  pensamiento  inconsciente;  en  efecto,  su  aptitud  para  la  figuración   (Dar-stellbarkeit)   y  sobre  todo  su  libertad  frente  a  la  censura  hacen  que satisfagan  mejor  a  las  exigencias  de  la  formación  del  sueño".22Esa  frase nos  da  la  clave del  resto:  la  figuración  constituye  un  pro-blema  y  Freud  intenta  resolverlo  construyendo  toda  una  metapsico-logía  de  la  regresión;  con  la  simbolización  no  hay  problema,  porque en  la  simbólica  el  trabajo  está  ya  hecho  en  otra  parte;  el  sueño  se sirve  de  la  simbólica,  no  la  elabora.   Así  se  comprende  por  qué  el soñador  no  encuentra  recuerdos  en  el  caso  de  sus  sueños  típicos:  es que  en  su  sueño  sólo  ha  utilizado  —como  si  fuesen  frases  hechas—fragmentos  simbólicos  que han  caído  en  el  dominio  común,  gastados por  el  uso,  fantasías  que  él  anima  por  un  momento.   Se  piensa  en  la noción   husserliana   de   "sedimentación",   y   Freud   está   de  acuerdo:"Cabe  preguntarse  si  muchos  de  estos  símbolos  no  se  parecen  a  lassiglas  taquigráficas,  con  su  invariable  y  precisa  significación  estereotipada;  incluso  sentimos  la  tentación  de  esbozar  una  nueva  clave  de  los sueños  conforme  al  método  de  desciframiento".23   He  aquí,  pues,  al  símbolo colocado al otro lado de la frontera que separaba inicialmente método  simbólico  y  método  de  desciframiento.   Pero  es  ahí  donde encuentra  un  lugar  preciso,  como  cifra  estereotipada;  nada  extraño, pues,  que  esta  simbólica  general  no  sea  exclusiva  del  sueño  sino  que se la  encuentre  en  cualesquiera  representaciones  inconscientes  de  los pueblos:  en las leyendas, los mitos y los  cuentos,  en  los refranes, pro-verbios  y  juegos  de  palabras  corrientes;  allí  la  simbólica  incluso  es"más  completa  (vollstandiger)  que  en  el  sueño".24  Al  apropiárselos,el soñador no hace más que seguir los caminos trazados por el inconsciente.  Y es aquí donde volvemos a  dar  con la  simbólica  de  Schernery  con las  extravagancias simbólicas  de los  neuróticos:  "Cada  vez que los neuróticos  se encubren bajo  sus  símbolos, vuelven  a  seguir  los  caminos  que  fueron  antaño  los  de  la  humanidad  entera  en  las  viejasépocas  de  la  cultura;  de  ello  dan  testimonio  todavía,  aunque  ligera-mente  tamizados,  nuestro  lenguaje  común,  nuestras  supersticiones  y nuestras  costumbres".25De  ahí  que  la  interpretación  analítica  deba  aquí  desembocar  en una  interpretación  genética:  el  símbolo  tiene  una  sobredeterminaciónque  no  procede  del  trabajo  del  sueño,  sino  que  constituye  un  hechocultural  previo;  frecuentemente  es  vestigio  de  una  identidad  concep-tual  y  verbal  hoy perdida.  De  ahí  la  advertencia  al  lector,  o  al  usua-rio  celoso  del  psicoanálisis,  de que no  reduzca la  traducción  del  sueño a  una  traducción  simbólica  y  relegue  la  simbólica  a  un  rango  auxi-liar:  la  vía  propia  de  la  interpretación  está  en  las  asociaciones   del soñante y  no  en  las  conexiones  ya  constituidas  en  el  símbolo  mismo.Por  último,  interpretación  simbólica  e  interpretación  analítica  vienen a  ser  dos  técnicas  diferentes  y  la  primera  debe  subordinarse  a  la  se-gunda  "como  auxiliar".28¿Tuvo  Freud  razón  al  restringir  el  concepto  de  símbolo  a  estos signos  taquigráficos?  ¿No  debemos  distinguir  varios  niveles  de actua-lidad  del  símbolo?  Además  de  los  símbolos  comunes,  de  uso  público—en  última  instancia,  que  sólo  tienen  un  pasado—,  y  además  de  los símbolos  usuales,  gastados  por  el  uso  —que  tienen  un  pasado  y  un presente y  sirven,  en  la  sincronía  de una  sociedad  dada,  de  prenda  al conjunto de pactos sociales, ¿no habrá también nuevas creaciones sim-bólicas  aptas  para  trasmitir  nuevas  significaciones?   Dicho  de  otro modo,  ¿es  el  símbolo  únicamente  vestigio?  ¿No  será  también  aurora  de  sentido?   Sea  lo  que  fuere  de  esta  discusión,  que  volveremos  a  en-tablar oportunamente,  comprendemos  por  qué  no  hay  en  el  vocabu-lario  freudiano  ni  en  el  marco  de  la  explicación  económica  un  pro-blema  de  simbolización,  mientras  que    lo  hay  de  figuración.   Pero incluso  dentro  de  los  estrechos  límites  en  los  que  Freud  confina  al símbolo  el  asunto  no  está  agotado,  ya  que  el  psicoanálisis  de  los  mi-tos  —que  abordaremos  en  la  segunda  parte  de  esta  "Analítica"—  se articula  justamente  en  el  nivel  simbólico.   No  es  puro  azar  que  la interpretación  de  Edipo  rey  y  Hamlet  —cuya  discusión  detallada vendrá  más  tarde—  venga  a  propósito  del  análisis  de  los  "sueños  tí-picos"

 

 

La  situación  tópica  del  deseo  de  dormir,  respecto  al  deseo  asignado  como  el  verdadero  origen  del  sueño,  nos  hará  entender  bien  el problema.   Ya  se  sabe  que  Freud  mismo  asigna  al  sueño  cierta  fun-ción  relacionada  con  el  dormir;  la  realización  que  le  caracteriza  es  un sustituto  de  la  acción  que  protege  el  dormir.31   Tan  importante  es el  deseo  de  dormir,  que  debemos  atribuirle  la  transformación  de  los estímulos  externos  en  imágenes  y  toda  des realización  del  cuerpo,  cuyacontrapartida  es  la  transposición  simbólica  descrita  por  Scherner.  Al-gunos  textos  incluso  harían  pensar  que  ése  es  el  deseo  dominante, ya  que  la  censura  sólo  deja  pasar  las  interpretaciones  del  estímuloque  estén  de  acuerdo  con  el  deseo  de  dormir.32   Parece,  pues,  que  senos  remite  a  Aristóteles,  para  quien  "el  sueño  es  el  pensamiento  del hombre dormido  como  tal".33  La  solución  de  esta  dificultad  es  una solución  tópica:  el  deseo  de  dormir  se  vincula  al  sistema  preconscien-te y los  deseos  del  profundo  estrato  instintivo  que  engendran  el  sueño pertenecerían  al  sistema  inconsciente.34   Por  eso  la  relación  exacta  en-tre   el  deseo  intermitente  de  dormir   y  los  deseos  permanentes  que   buscan una  salida  en  el  sueño sigue  en  suspenso  hasta  el  famoso  ca-pítulo  Vil.35La  tesis  subyacente  a  esta  discusión  es  la  de  que  ningún  deseo,ni  siquiera  el   deseo  de  dormir,  resulta  eficaz  si  no  se  agrega  a   los deseos  "indestructibles"  y  "por  así  decir  inmortales"  de  nuestro  in-consciente,  deseos  cuyo  carácter infantil atestiguan  las  neurosis.'6Así la primera función de la  tópica es la de representar figurativa-mente  los  grados  de profundidad  del  deseo,  hasta  lo  indestructible. Quizá  podemos  decir ya  que la  tópica  es  la  metáfora  de lo  indestruc-tible  como  tal:   "Nada   termina,  nada  pasa,  nada   se  olvida  en  elinconsciente".37   Se  piensa  ya  en  las  fórmulas  de  la  Metapsicología:el inconsciente está fuera  del tiempo.  La  tópica  es  el lugar que repre-senta  ese  "fuera  del  tiempo". Pero  tal  representación  figurada  constituye  a  la  vez  una  trampa:la  trampa  de la  cosa.  Por  eso  Freud  procura,  desde la  primera  secuen-cia  dedicada  a  la  tópica,  atenuar  el  aspecto  espacial  de  su  esquema  y acentuar su aspecto orientado.  Al  volver  sobre  el  problema muy  con-creto  de  la  regresión,  aprovecha  la  ocasión  para  hacer  esta  rectifica-ción.   Recuérdese  cómo  la  regresión  designa  a  la  par  el  retorno  del pensamiento  a  la  representación  figurada  y  el  retorno  del  hombre a  su  infancia;  Freud  añade  a  la  regresión  formal  y  cronológica  otra tercera, la regresión tópica,  esto  es,  el  reflujo  de una  idea  (cuya  salida motriz  se  halla  cerrada)  desde  el  polo  motor  hacia  el  polo  perceptivo  en  forma  alucinatoria.  Esta  tercera  especie  de  regresión  es,  pues, inseparable  de  los  otros  dos  modos  de  regresión  que  sólo  pueden  ser revelados  mediante  el  desciframiento  del  sueño.   La  cuestión  es  saber si  se  agrega  a  las  precedentes  o  sólo  les  ofrece  una  representación gráfica.Freud  está a punto de interpretar  el  famoso sueño  del niño  muerto cuyo  cadáver arde y que viene a  despertar a  su  padre.  Es  el  momento en  que  se  interroga  sobre  la  naturaleza   del   "lugar  psíquico",38  no   anatómico  sino  psíquico,  de  la  escena  del  sueño.  La  idea  de  lugar psíquico es desde el principio analógica: el aparato psíquico funciona como un complicado  microscopio o como una  cámara  fotográfica; el lugar psíquico es como el lugar del aparato donde se forma la imagen; ese  punto  es  ya  en    mismo  un  punto  ideal  al  que  no  corresponde parte  tangible  alguna  del  aparato.   La  comparación  nos  lleva,  pues, a  la  paradoja  de  una  serie  de  lugares  que  no  constituyen  tanto  una extensión  real  cuanto  un  orden  regular:  "Estrictamente  hablando  nonecesitamos  suponer  un  auténtico  orden  espacial  de  los  sistemas  psí-quicos.  Nos  basta  con que se  establezca  una  sucesión  constante  (einefeste  Reihenfolge)   merced  al  hecho  de  que,  durante  ciertos  procesos psíquicos,  la  excitación  recorre los  sistemas  en  un  determinado  ordentemporal".89    La   espacialidad  no  es,   en  sentido  estricto,  sino  una"representación  auxiliar":  lo  que  quiere  representar  es  no  sólo  la  exis-tencia  de  los  diferentes  sistemas  que  lo  componen,  sino  también  la dirección  de  su  funcionamiento. Ahora  debemos  reconocer que  la  ejecución  de este programa  lleva la  marca  de  una  ilusión  cuyo  examen  hemos  aplazado  hasta  aquí.Freud  está  todavía  dominado  por  la  teoría  de  la  seducción  real  delniño  por  el  adulto;  ésta  es  la  ilusión  que  fomenta  la  interpretación de  la  regresión  como  una  atracción  procedente  de  las  huellas  mnéraicas  que  están  cerca  de  la  percepción  y  proceden  de  ella;  por  eso  dos  "extremidades"  del  aparato  se  definen  de  una  parte  por  la  movilidad  y  de  otra  por  la  percepción.   Las  huellas  mnémicas  se  sitúan"cerca  de"  la  extremidad  perceptiva,  y  la  instancia  crítica  "cerca  de"l a  extremidad   motriz;  como  la   huella   está   cerca   de  la  percepción, así  el  preconsciente  está  cerca  de  la  movilidad.   En  fin,  el  incons-ciente  está  "más  atrás",  en  el  sentido  de  que  no  podría  llegar  a  la conciencia  a   no  ser  "pasando  por  el  preconsciente".    La  dirección progresiva,  característica  del funcionamiento  de la  vigilia,  es una  marcha  hacia  el  polo  motor,  mientras  que  la  dirección  regresiva  designa el  movimiento  por  el  cual  "la  representación   (Vorsíc/Zung)   regresaa  la  imagen  (Büd)  sensorial  de  que  salió  una  vez".40   Lo  caduco  de    esta tópica es sin duda la caracterización del polo  regresivo  como  polo perceptivo. El   esquema   tiene  mucho   que   ver   con   la   teoría   alucinatoriadel  deseo,  heredada  del  Proyecto  de  1895  y  conservada  en  la  teoría de  la  seducción  infantil  como  recuerdo  real.   El  fenómeno  decisivo no  es, a los ojos de Freud, el que la vía hacia  la movilidad  esté cerrada, sino  el  que  los  pensamientos  del  sueño,  rebotados  de  la  conciencia, sufran  la  atracción  de  recuerdos  infantiles  que  permanecieron  cerca-nos  a  la  percepción  en  virtud  de  su  vivacidad  sensitiva:  "Según  esta concepción, podría describirse el sueño como el sustituto  de  la. Escena infantil,   modificada  por  transferencia  a  elementos   recientes.    La   es-cena  infantil  no  puede  abrirse  camino  hacia  su  propia  renovación; debe  contentarse  con  volver  como  sueño".41   Es   comprensible  que Freud,  al   descubrir  finalmente  su  error,  haya  gritado  por  un   momento  que  se  derrumbaba  todo  su  sistema.42Cabe  en  efecto  preguntarse  si  esa  confusión  de  las  dos  escenas,  la de la  percepción  y la  de la  fantasía,  no  impide a  la  tópica  de La interpretación  de los sueños liberarse  totalmente de la  espacialidad  natural y sacar todas las consecuencias de la idea  de "lugar psíquico";  por  eso esta  tópica  flota  entre  dos  aguas,  entre  la  representación  de  una  serie de  lugares  homólogos  a  lugares  físicos  y  una  "escena"  que  no  forma parte  del  mundo  en  ningún  sentido  sino  que  es  mera  representación gráfica  de  lo  que  se  ha  descrito  como  "aptitud  para  la  figuración"(Darstellbarkeit).No  creo,  sin  embargo,  que  lo  esencial  de  esta  tópica  sucumba  a  la objeción;  la  teoría  de  la  seducción  real  únicamente  explica  los  equívocos  de  la  tópica,  mas  no  su  razón  de  ser  fundamental:  Y  esto  es  lo que he comenzado a aclarar designando  el  lugar del  inconsciente como el  símbolo  del  "fuera  del  tiempo".   Nos  lo  van  a  permitir  poner  más de  relieve  las  partes  siguientes  de  la  tópica.Freud  introdujo  el  tiempo  en  el  sistema,  en  la  forma  de  una    historia  de  su  funcionamiento,  para  explicar  el  carácter  cronológicode la  regresión.   "El  sueño —recuerda  Freud—•  es  un  fragmento  de  la vida  psíquica  infantil  ya  superada." 43 ¿A  qué  viene  esta  reconstruc-ción  tópico-genética?   A  elucidar  la  índole  enigmática  del  deseo,  asaber,  su  impulso  hacia  la  satisfacción.   Debemos  suponer  un  estado primitivo  del  aparato  psíquico  —en  el  que  reconocemos  el  proceso primario  del  Proyecto— donde las  repetidas  experiencias  de  satisfac-ción  crean  un  sólido vínculo  entre  el  estímulo  y la  imagen  mnémica:Tan  pronto  como  vuelva  a  manifestarse  la  necesidad,  se  desencadenará,   merced  a  la  relación   establecida,   un   impulso   psíquico    (psy-chische  Regung)  que  investirá  de  nuevo  la  imagen  mnémica  de  esa percepción  y  provocará  nuevamente  la  misma  percepción,  es  decir, reconstruirá la situación  de aquella  primera satisfacción;  a  ese impulso(Regung)  lo  llamamos  "deseo"   (Wunsch);  la  reaparición  de  la  per-cepción  es  el  cumplimiento  del  deseo   (Wunscherfüllung)   y  la  completa  investición  de  la  percepción  por  el  estímulo  de  la  necesidad  es el  camino  más  corto  hacia  la  realización  del  deseo.  Nada  nos  impide suponer  un  estado  primitivo  del  aparato  psíquico  en  que  tal  trayecto fue  recorrido  en  forma  efectiva  y  en  el  cual  el  deseo  se desenvuelve consecuentemente  en  forma  alucinatoria.   "Tal  actividad  psíquica  primera  tiende,  pues,  a  una  identidad  de  percepción,  es  decir,  tiende  a repetir  la  percepción  vinculada  a  la  satisfacción  de  la  necesidad." **Tal  es  el  camino  más  corto  para  la  satisfacción.   Sólo  que  tal  camino más  corto  no  es  el  que  nos  enseña  la  realidad;  la  decepción  y  el fracaso  nos han  enseñado a  detener la  regresión  en la imagen  mnémicay  a  inventar  el  rodeo  del  pensamiento  (Denken).   Este  sistema  secundario  constituye,   desde  el  punto   de  vista  genético,   el  sustituto(Ersatz)  del  deseo  alucinatorio.  Ahora  comprendemos  cómo  la  regresión  tópica  del  sueño  es  también  regresión  temporal:  lo  que  la  anima es  la  nostalgia  del  estadio  primitivo  del  deseo  alucinatorio;  este  regreso  al  sistema  primario  es  la  clave  de  la  figuración.45La  interpretación  de  los  sueños  vuelve  a  poner  sobre  el  tapete  por última  vez  y  bajo  el  tema  "Proceso  primario  y  secundaria.   La  represión",  la  teoría  del  aparato  psíquico;  ahora  el  aparato  recibe,  aparte del  espacio  y  el  tiempo,  la  fuerza  y  el  conflicto;  tal  modificación  la  impone  el  examen  del  trabajo  del  sueño,  especialmente  la  represión con  la  que se  vinculan  todos  los  mecanismos  del  sueño.  El  punto  devista  puramente  tópico  inicial  estaba  ligado  a  la  cuestión  del  origen de  los   pensamientos  del  sueño  en   el   inconsciente;  parecía,   pues, lógico  representar  ese  origen  como  un  lugar  y  la  regresión  hacia  la percepción   como   regresión  a   una   extremidad   del  aparato.    Ahora lo  importante  son  las  relaciones  en  las  fronteras  del  sistema;  por  eso deben  los  lugares  ser  sustituidos  por  procesos  y  especies   diferentes de   "derivación   de  la   excitación":   "De   nuevo  sustituimos  aquí  el modo  de  representación   tópica   por  el   modo  de  representación  di-námica".46Desde  este  punto  de  vista  el  proceso  primario  representa  la  libre derivación  de  excitaciones  cuantitativas  y  el  proceso  secundario,  un tope  a  esa  derivación  y  una  transformación  en  investición  quiescente(ruhende Bcsetzung); lenguaje  que  nos  es  familiar  desde  el  Proyecto.Lo  problemático  son,  pues,  las  "condiciones  mecánicas"  (mechanischeVerhaltnisse)  de  esa  derivación  del  estímulo,  según  predomine  uno  u otro  sistema.¿Qué  significa  este  problema?   Lo  que  se  ventila  es  el  destino  dela  regulación  mediante  el  displacer  y,  ulteriormente,  el  destino  del principio  de  constancia.   Todo  el  esfuerzo  de  Freud  consiste  en  man-tener  el  proceso  secundario  dentro  del  marco  de  la  regulación  me-diante  el  displacer;  para  ello  vuelve  a  concebir  la  represión  conforme al  modelo  de  la  huida  provocada  por  un  peligro  exterior  y  regulada por  la  anticipada  representación   del  dolor.   La   represión  sería  una especie  de  "evitación  (Abwendung)   del  recuerdo,  evitación  que  consiste  en  repetir  la  huida  inicial  ante  la  percepción";"  he  aquí   "el modelo  y  primer  ejemplo  de  represión  psíquica".48   Este  abandono de la  imagen-recuerdo  puede  interpretarse  económicamente  como  una regulación  por  ahorro  de  displacer;  lo  que  se  produzca  en  estas  condiciones  de  inhibición  se  llamará  proceso  secundario.19Nada  nuevo,  por  tanto,  en  relación  con  el  Proyecto.   Más  bien  un lector  atento  se  sorprenderá  de  la  ventaja  del  Proyecto  sobre  La  inter-pretación  de  los  sueños  por  lo  que  toca  a  la  descripción  del  proceso secundario;  esta  marcha  atrás  de  La  interpretación  si  se  la  compara con  el  Proyecto acaso  nos  dé la  clave de  esta  tópica  y  de lo que merece perdurar  de  ella. 

 

 

Llama  la  atención,  en  efecto,  que  La  interpretación  de  los sueños sea  tan  avara  en  explicar  el  proceso  secundario,  como  si  el  funciona-miento  del  aparato  en  el  sentido  progresivo  no  le  interesara.   Claro que  encontramos  algunas  anotaciones  dispersas  acerca  del  papel  dela   conciencia,   que   confirman   lo   dicho   en   el   Proyecto;   también aquí  la  conciencia   es  accesible  tanto  a  las  excitaciones  periféricas como  al  placer-displacer;  se  la  denomina  "órgano  del  sentido  de  las cualidades  psíquicas".   También  ahí  se  atribuye  la  misión  de  toma de  conciencia  a  las  imágenes  verbales  —núcleo  del  preconsciente—;por culpa  cíe ellas  se  complica  la regulación por el  placer-displacer;  el curso  de  las  investiciones  ya  no  está  automáticamente  regulada  por el  principio  de  displacer;  ahora  la  conciencia  sufre  la  atracción  de otros  signos  que  los  del  placer-displacer,  hecho  posible  por  cuanto  el sistema  de  signos  lingüísticos  constituye lo  que Freud  denomina  una segunda   "superficie  de  sentido"   (Sinnesoberfldchen).    La   conciencia no  tan  sólo  está  vuelta  hacia  la  percepción,  sino  también  hacia  los procesos  preconscientes  del  pensamiento.   Reconocemos  los  dos  grados  de  la  prueba  de  realidad  del  Proyecto.   Pero  lo  llamativo  consiste en  que  La  interpretación  de  los  sueños  no  desarrolle  ese  aspecto;  lo que volvemos a  encontrar en  esa trayectoria  progresiva  es  todavía  uno de  los  procesos  del  trabajo  del  sueño  del  que  aún  no  hemos  hablado y  que  Freud  denomina  "elaboración   (Bearbeitung)  secundaria".   Un proceso  que  constituye,  dentro  del  mismo  sueño,  una  primera  interpretación,  una  racionalización,  que  de  un  lado  pone al  sueño  camino del  despertar  y  de  otro  lado  lo  emparenta  con  el  ensueño. Esta  brevedad  de  La  interpretación  de  los  sueños  resulta  tanto más  extraña  cuanto  que  el  problema  versa   expresamente  sobre   la naturaleza del  proceso secundario.  De ahí que no se desarrolle el pro-blema  (tan  importante  en  el  Proyecto)   de  la  relación  entre  inhibición  por  la  instancia  del  yo  y  el  discernimiento  de  las  cualidades percibidas:  de ahí  lo  enigmático  de las  líneas  consagradas  a  "la  identidad  de  pensamiento",   como   distinta  de   "la   identidad   de   percep-ción",50 líneas  sacadas  de la  teoría  del  juicio  expuesta  más  arriba.   Por eso  La  interpretación  de  los  sueños  está  mucho  menos  cerca  que  el Proyecto  mismo  de  lo  que  nos  pareció  punto  de ruptura  del  sistema, o  sea  la  liberación  del  pensamiento  frente  al  principio  del  placer;  por cierto  que Freud  dice expresamente:51  "La  tendencia  del  pensamiento tiene  que  ser,  pues,  la  de  liberarse  cada  vez  más  de  la  exclusiva  regulación  por  el  principio  del  displacer  y,  gracias  al  trabajo  del  pensamiento,  la  de reducir el  desarrollo  de los  afectos  al  mínimo  grado  que    pudiera  utilizarse  como  señal".   Y  Freud  evoca,  en  lenguaje  enigmático,  esa  tarea  de la  "conciencia"  como  un  "afinamiento"  logrado por  "sobreinvestición"  (Überbesetzung)."  Reconocemos aquí  el  problema,  planteado  en  el  Proyecto,  del  paso  del  pensamiento  observador al  proceso  cogitativo,  que no  opera  ya  con  índices  de  realidad percibida  sino  con  índices  de realidad  pensada. Si  La  interpretación  de  los  sueños  no  se  adentra  tanto  como  el Proyecto  en  el  estudio  del  proceso  secundario,  es  que  su  problema difiere totalmente:  el Proyecto pretendía  ser una  psicología  completa para uso de neurólogos, mientras que La interpretación de los sueños trata  de  explicar  el  extraño,  sorprendente  (befremdendes)  fenómeno del  trabajo  del  sueño.  ¿Por  qué  el  aparato  funciona  mucho  más  a menudo  en  sentido  regresivo  que  en  sentido  progresivo?   He  ahí  el problema  de La interpretación  de los sueños; por  eso la  investigación del  "pensamiento"  le  importa  menos  que  el  retardo  del  proceso  secundario  sobre  el  primario  y  menos  que  la  presión  ejercida  por  éste sobre  aquél.  El  proceso  primario  es  efectivamente  primario:  se  da"desde  el  principio"   (von  Anfang  an);53  el  proceso  secundario  es tardío  y  jamás  establecido  en  forma  definitiva.64He  aquí  el  quid  de  ese  capítulo  ;  su  verdadero  problema  es  el de  la  indestructibilidad  del  sistema  primario.   Por  lo  mismo  que  el principio  del  placer-displacer  jamás  se  sustituye  completa  ni  defini-tivamente,  nuestra  verdad  habitual  sigue  siendo  el  principio  de  constancia. He  ahí  por  qué  lo  que  podría  hacer  estallar  el  sistema   resulta menos  importante  que  lo  que  lo  confirma;  y  esto  que  sirve  de  confirmación es  el  fracaso humano para sustraerse al  principio  del  placer-displacer;  tampoco  hemos  hablado  antes  sino  de  "tendencia  del  pensamiento"  a  liberarse  de  ese  principio.     

 

Que  tal  haya  sido  la  intención  primordial  de  esa  "psicología"  nos lo confirma  el  lugar concedido  a  la  represión  en  las  últimas  páginas.55No  se  trata  de  un  lugar  cualquiera.   Su  último  análisis  en  esta  obra Freud   lo   sitúa   muy  cerca   de  sus   pesimistas  advertencias   sobre  el retardo  del  sistema  secundario  respecto  al  sistema  primario:  la  represión  es  el  régimen  normal  de  un  psiquismo  condenado  al  retraso  y siempre  presa  del  psiquismo  infantil,  de  lo  indestructible;  el   deseo que  sube  de  este  fondo  invencible  no  puede  ser  detenido  en  el  camino  del  displacer  sino  mediante  una  transformación,  una  conversión  de  afectos  -—una  Affektverwandlung—  en  que  consiste  precisa-mente  la  represión.56   No  hay  duda  de  que  el  sistema  secundario  es quien  produce  tales  efectos,  pero  no  por  acceso  a  lo  que  oportuna-mente  llamábamos  "pensamiento";  el  sistema  secundario  se  limita ahí  a  operar  dentro  del  placer-displacer,  mediante  la  inversión  del acento  afectivo.   Según  esto,  el  preconsciente  se  aparta  de  sus  pensamientos  al  resultarle  desagradables  y  así  se  corrobora  el  principio  delplacer-displacer.    Y  Freud  puede  concluir   (conclusión   que  está  ahí como  confirmación  de  su  anterior  idea  del  retardo  del  sistema  secundario  y  el  carácter  indestructible  del  sistema  primario):   "La  condición  previa  de  la  represión   es  la  presencia   (Vorhandensein)   de  una multitud   de   recuerdos   infantiles   sustraídos   desde   el   principio   alpreconsciente".57Al  mismo  tiempo  entendemos  así  juntas   dos  características  que separadamente  nos  extrañaron.    Por  una  parte  La  interpretación  de los  sueños  nos  pareció  atrasada  en  comparación  con  el  Proyecto  en  lo referente  a  la  superación  del  principio  de  constancia  y  del  principio del  displacer;  pero  la  regresión,  de  la  que  el  sueño  es  a  un  tiempo testimonio   y   modelo,   atestigua   justamente   la   impotencia   humana para   efectuar   de   modo   efectivo   tal  superación.    Por  otra   parte,   la tópica  del  capítulo    nos  pareció  oscilar  entre  un  realismo  de  la  cosa y  una  simple  representación  auxiliar  de  procesos,  exigiendo  un   escenario  diferente  del   espacio  natural.   La  ilusión  freudiana  relativa  al recuerdo  real  de  la  escena  infantil  no  explica  sino  parcialmente  tal oscilación;  la  espacialidad  tópica  expresa,  en  última  instancia,  la  im potencia  misma  del  hombre  para  pasar  de  la  esclavitud  a  la  libertad y la  dicha,  o,  en  lenguaje  menos  spinozista  y  más  freudiano  (aunque equivalente  en  lo  esencial),  la  impotencia  humana  para  pasar  de  la regulación  por  el  placer-displacer  al  principio  de  realidad.   El   "apa-rato"  perfilado  en  sus  tres  intentos  sucesivos  por  el  capítulo    es  el hombre  en  cuanto  ha  sido  y  sigue  siendo  Cosa.