lunes, 7 de junio de 2021

Las seudonarrativas performaticas que construyen poder en la campaña presidencial

 Las seudonarrativas performaticas que construyen poder en la campaña presidencial

Empoderarse pasa necesariamente por la construcción de una narrativa, estas narrativas, tenían que tener un fundamento epistémico, hoy ya no es necesario, basta con manipular deseos, miedos, esperanzas.
El transhumano no tiene tiempo como para procesar la información que se le envía, no hay posibilidad de análisis, ni de interpretación, lo que produce un efecto existe, aquello que me provoca una reacción, será atendido, por lo mismo las narraciones pierden en consistencia al punto que difícilmente podrían llamarse narraciones, son más performaces, gestos políticos, acciones y reacciones mediáticas, que quedan estructurados como narraciones en la mente de la gente, gracias a los mass media, pero que realmente no lo son.
Veamos el ejemplo de Vizcarra al cerrar el congreso, e inventar la negación fáctica, el asume el papel de un héroe, que al caer causa la protestas más grande que haya habido en este país, él era el luchador contra la corrupción fuji aprista, y estaba siendo defenestrado por dicha corrupción, lo cual despertó la indignación de todos, al ocurrir esto en plena pandemia, la frustración se canalizo luchando contra, la dictadura corrupta.
La historia que se acerca más a la verdad, es que Vizcarra dio un golpe de estado, logrando un poder cuasi absoluto, poder que no fue capaz de hacer frente a la pandemia muriendo miles de peruanos, con ese poder el traiciono a la gente que lo apoyo vacunándose primero. El congreso se enfrento a ese poder, y los medios se encargaron de demonizarlos, desesperado Merino apelo a la mano dura sin poder construir una narratividad que legitimara su poder, así que cayo, pero la narratividad performatica de Vizcarra se vio mellada y de a pocos se develaría al lagarto. El cual puede relacionarse a un Ricardo III Chicha, traicionando, mintiendo, haciéndolo que sea para obtener poder.
Eso es lo genial de una narración, se devela el no ser del devenir y siempre habrá una tragedia, pero el transhumano en sus mundos virtuales no aguanta la tragedia, todo el espacio cibernético esta construido para evadir la realidad para el capitalismo la felicidad es la experiencia sensacional placentera infinita y si se permiten escenas de dolor en el imaginario es para superarlas, con los súper poderes tecnológicos, jamás para terminar en ese dolor.
Ahora que estamos en elecciones Lescano emula a Vizcarra y va tomando el papel del salvador, prometiendo el oro y el moro, él es experto en performances política en levantar la voz y sobre exagerar gestualmente ¿Cómo es posible que la gente le crea? Si viene del mismo partido que saco a Vizcarra, pues la narratividad exige memoria, y el capitalismo informático no permite tenerla, al punto que puedes olvidad lo ocurrido casi instantáneamente, por eso mismo es muy difícil hacer historia, claramente estamos en un tiempo pos histórico de acontecimientos que no podrán ser hilados.
¿Pero las seudo narratividades performáticas pueden ser sostenidas? No por mucho tiempo, al no tener estructuras narrativas, al prescindir de un logos de una racionalidad, son bastante débiles y efímeras, recurrirían del político una energía imposible de permanente performatividad, nadie puede dar un gran espectáculo todas las noches por más que todos los medios te apoyen, así que la gobernabilidad que pretendan construir, no puede durar.
Forsyth nos mete la seudo narratividad performativa del chico joven que va a acabar con los políticos viejos y todos los medios lo apoyan y el maneja muy bien las redes en tanto no hable, ya que es capaz de construir una imagen empática, pero no de narrar un proyecto, por lo mismo su gobernabilidad es fragilísima, por lo menos Lescano puede apoyarse en una narrativa histórica partidaria, Forsyth no se puede apoyar en nada, ni en nadie.
López Aliaga Construye una seudo narratividad performatica más importante y demuestra talento al construirla, es la performance de Trump, de Bolsonaro, pero a la peruana, la izquierda lo llama neofascismo pero el fascismo tenía una narratividad mucho más consistente, aquí lo que hay es puro espectáculo para ganarse a los conservadores, los cuales ven en los progresistas terroristas, lo cual moviliza muchísima energía, aquí el Show está asegurado pero es un gran espectáculo violento tanático, capaz de canalizar muchísima frustración y de dar tanto poder a aquel que haga el gesto potente, que se puede tirar abajo la simulación democrática de la tecnocracia global.
Veronika Mendoza va dando gestos de una radicalidad inflada, pero la performance anti sistema puede rendir frutos, en ella tampoco hay narratividad ni un proyecto consistente, no es una comunista, ni tampoco una socialista, fácilmente se le pudiera tildar de una social demócrata, pero no estamos ya en esos tiempos y más bien ella se apoya en una narrativa de género, la cual quizás sea la última gran narración, capaz de movilizar a muchos en contra del patriarcado, el problema es que no existe tal patriarcado, pero la narratividad logra construir su existencia, como las grandes narraciones han logrado constituir entes en nuestras mentes. Veronika lejos de capitalizar el poder de esa gran narración feminista, es víctima de sus pasivos en una sociedad aun conservadora como la peruana y entonces ella va más por el lado de la performance anti sistema, que tiene una contra narratividad performatica encarnada en Keiko.
La seudo narratividad performatica de la mano dura, creado el mostruo que nos quiere volver Venezuela, se necesita de la mano dura para luchar contra él ya sea en su fase populista o radical, el problema es que ya no hay sistema funcional que defender, la pandemia ha demostrado que el neoliberalismo no es la solución sino más bien el problema, y entonces esta que quizás sea una de las mejores seudo narrativas pierde eficacia, sin contar con la contra narrativa antifujimorista que tiene que superar keiko, la cual ha decidido al acercarse a su padre cargar con todo ese peso, el cual le hace muy difícil la carrera.
La verdadera historia que hay detrás es realmente trágica, con una familia disputándose el poder entre padre e hija, hermano y hermana, es la disputa de ese poder lo que llevo a que el estado fujimorista cayera y keiko pareciera no darse cuenta que fue ella la gran heroína trágica que termino por destruir el legado de su padre, que supuestamente quería proteger.
Hernando de Soto no plantea una seudo narratividad performatica, así quiera contar su historia de la informalidad versus la formalidad que no funciona, lo suyo es un proyecto tecnocrático que el transhumano chicha peruano no comprende ya que si bien el transhumano no es capaz de resistir buenas historias porque la verdad de ellas destruye su mundo digital, necesita aun simularlas en performatividades en gestos heroicos mediáticos que lo inspiren y Hernando es incapaz de esos gestos, con su gran éxito y su soberbia, jamás podrá simular al héroe.
Atrás vienen otros, es genial ver las payasadas de Acuña en sus intentos por lograr alguna performance, el histrionismo de Urresti, el academicismo de Arana, y la gran tragedia morada que logro articular toda un propuesta que se ve acaba con el gobierno de Sagasti, pero no hay posibilidad ni siquiera de atenderlos en esta multimedia performatica quizás Castillo, que está contando la seudo narratividad antisistema de boca en boca en mitinis masivos logre algo.
Una gobernabilidad no es posible, las seudo narrativas performaticas son vacías y el poder que construyen es ultra frágil ¿Cómo pues se puede hacer viable a un país, sin historia? ¿Cómo se puede hacer viable al propio ser humano sin historia? No hay manera, estamos transitando al mundo del ciborg y pronto las historias ya no serán importantes sino los estímulos directos a nuestros neurotransmisores, anulando todo contacto con la realidad, mucho más el contacto analógico que nos proporcionaba el lenguaje en todas sus narraciones y que nos permitía pensar.

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