Axiología pascual
ESCRIBE al ángel de la iglesia en EFESO: El que tiene las siete
estrellas en su diestra, el cual anda en medio de los siete candeleros de oro,
dice estas cosas:
2 Yo sé tus obras, y tu trabajo y paciencia; y que tú no
puedes sufrir los malos, y has probado á los que se dicen ser apóstoles, y no
lo son, y los has hallado mentirosos;
3 Y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado por
mi nombre, y no has desfallecido.
4 Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor.
5 Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y
haz las primeras obras; pues si no, vendré presto á ti, y quitaré tu candelero
de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
6 Mas tienes esto, que aborreces los hechos de los
Nicolaítas; los cuales yo también aborrezco.
7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las
iglesias. Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en
medio del paraíso de Dios.
Escribe la iglesia al que
tiene las 7 estrellas en su diestra, al que anda en medio de los 7 candeleros
de oro.
Yo sé que eres el
lenguaje y que tu padre es el silencio, así todo problema se resume a lo
estético y todo problema estético se resuelve volviendo al origen, al primer
amor, lléname pues de Tu Espíritu Santo porque sé que solo Dios va a Dios, para
que en mi por fin prime el silencio.
Amén.
8 Y escribe al ángel de la iglesia en SMIRNA: El primero y
postrero, que fué muerto, y vivió, dice estas cosas:
9 Yo sé tus obras, y tu tribulacion, y tu pobreza (pero tú
eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser Judíos, y no lo son, mas son
sinagoga de Satanás.
10 No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He
aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros á la cárcel, para que seáis
probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te
daré la corona de la vida.
11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las
iglesias. El que venciere, no recibirá daño de la muerte segunda.
¿Hay acaso peor padecimiento que la cárcel del lenguaje?
Muero porque no muero, devélame tu belleza solo así podré ser fiel y soportar todo fuego infernal que
arde en cada palabra, en cada imagen ¿Es que no sabes que la humanidad es
angustia pura? No demores pues en desnudarte, verbo amado.
Amén
Y escribe
al ángel de la iglesia en PÉRGAMO: El que tiene la espada aguda de dos filos,
dice estas cosas:
13 Yo sé tus obras, y dónde moras, donde está la silla de
Satanás; y retienes mi nombre, y no has negado mi fe, aun en los días en que
fué Antipas mi testigo fiel, el cual ha sido muerto entre vosotros, donde
Satanás mora.
14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: porque tú tienes
ahí los que tienen la doctrina de ahí los que tienen la doctrina de Fcbalaam,
el cual enseñaba á Balac á poner escándalo delante de los hijos de Israel, á
comer de cosas sacrificadas á los ídolos, y á cometer fornicación.
15 Así también tú tienes á los que tienen la doctrina de los
Nicolaítas, lo cual yo aborrezco.
16 Arrepiéntete, porque de otra manera vendré á ti presto, y
pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las
iglesias. Al que venciere, daré á comer del maná escondido, y le daré una
piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno
conoce sino aquel que lo recibe.
Tengo a todos tus enemigos junto a mí para que les cortes la
cabeza y les des un nuevo corazón, esa es la fe que te tengo, la fe que tú me diste ¿Quedare avergonzada por esta fe?
¿Dejaras que tus enemigos forniquen a tu iglesia? ¿O vendrás a mi corazón para
destruirlos?
18 Y escribe al ángel de la iglesia en TIATIRA: El Hijo de
Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al latón
fino, dice estas cosas:
19 Yo he conocido tus obras, y caridad, y servicio, y fe, y
tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
20 Mas tengo unas pocas cosas contra ti: porque permites
aquella mujer Jezabel (que se dice profetisa) enseñar, y engañar á mis siervos,
á fornicar, y á comer cosas ofrecidas á los ídolos.
21 Y le he dado tiempo para que se arrepienta de la
fornicación; y no se ha arrepentido.
22 He aquí, yo la echo en cama, y á los que adulteran con
ella, en muy grande tribulación, si no se arrepintieren de sus obras:
23 Y mataré á sus hijos con muerte; y todas las iglesias
sabrán que yo soy el que escudriño los riñones y los corazones: y daré á cada
uno de vosotros según sus obras.
24 Pero yo digo á vosotros, y á los demás que estáis en
Tiatira, cualesquiera que no tienen esta doctrina, y que no han conocido las
profundidades de Satanás, como dicen: Yo no enviaré sobre vosotros otra carga.
25 Empero la que tenéis, tenedla hasta que yo venga.
26 Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras
hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes;
27 Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como
vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre:
28 Y le daré la estrella de la mañana.
29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las
iglesias.
¿Cómo es que puedo conocerte sin ahondar en las
profundidades de satanás? ¿Acaso las profundidades de satanás no son las tuyas?
¿Oh hay un verbo para los malos y otro verbo para los buenos? No, tú eres el logos el único logos que se
muestra de manera múltiple y yo soy tu mujer, la cual habita en tus
profundidades porque no quiero otro lugar donde habitar ¿Dónde pues veré la
estrella de la mañana sino en el ocaso de la noche más profunda?
Amén
Y ESCRIBE al ángel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los
siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco
tus obras que tienes nombre que vives, y estás muerto.
2 Sé vigilante y confirma las otras cosas que están para
morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
3 Acuérdate pues de lo que has recibido y has oído, y guárda
lo, y arrepiéntete. Y si no velares, vendré á ti como ladrón, y no sabrás en
qué hora vendré á ti.
4 Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han
ensuciado sus vestiduras: y andarán conmigo en vestiduras blancas; porque son
dignos.
5 El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no
borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi
Padre, y delante de sus ángeles.
6 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las
iglesias.
¿Una muerte otra vez? ¿Un arrepentimiento más? ¿Cuántas veces debo desgarrarme? ¿Infinitas? Hasta
que de mí no quede nada y tú reines, que sea pues así una infinita vez más,
crucificada contigo y para ti. Aquel que piense que el amor no pide nada se
equivoca el amor solo puede pagarse con amor y en él se destruye todo lenguaje.
Amén
Y escribe al ángel de la iglesia en FILADELFIA: Estas cosas dice
el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno
cierra, y cierra y ninguno abre:
8 Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta
delante de ti, la cual ninguno puede cerrar; porque tienes un poco de potencia,
y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
9 He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, los que se
dicen ser Judíos, y no lo son, mas mienten; he aquí, yo los constreñiré á que
vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado.
10 Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también
te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para
probar á los que moran en la tierra.
11 He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que
ninguno tome tu corona.
12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi
Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el
nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo
de con mi Dios, y mi nombre nuevo.
Al contrario yo he negado tu nombre y solo negándolo lo he
encontrado escrito en mi sangre, no había otra manera de ser Filadelfia solo
así ellos te leen en mi sin que yo les diga nada.
Amén
13 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las
iglesias.
14 Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice
el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. Ojalá
fueses frío, ó caliente!
16 Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré
de mi boca.
17 Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no
tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y
miserable y pobre y ciego y desnudo;
18 Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego,
para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se
descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que
veas.
19 Yo reprendo y castigo á todos los que amo: sé pues celoso,
y arrepiéntete.
20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi
voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.
21 Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi
trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
22 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las
iglesias.
Vomítame una y mil veces más, solo te pido, te ruego, te
imploro no dejes de vomitarme, con tal de estar en tu boca, no dejes de
vomitarme, sea pues para el mundo peste de Dios y para ti peste del mundo hasta
que puedas tragarme helada e hirviente.
Amén Amén Amén.
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