I N R I
Iesus Nazarenus Rex Iudæorum
Jesús de Nazaret, rey de los judíos
Pilato
redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús
de Nazaret, el rey de los judíos.»
20 Esta inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde
había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en
hebreo, latín y griego.
19 Scripsit avtem et titvlvm Pilatvs, et posvit svper crvcem. Erat
avtem scriptvm : «Iesvs Nazarenvs, Rex Ivdæorvm.»
20 Hvnc ergo titvlvm mvlti Ivdæorvm legervnt : qvia prope
civitatem erat locvs, vbi crvcifixvs est Iesvs, et erat scriptvm hebraice,
græce, et latine.
Raymond Edward Brown señala que no resulta verosímil que el cargo
por el cual se condenó a Jesús de Nazaret («rey de los judíos») sea una
invención, puesto que nunca aparece como una confesión cristiana. La reacción
de Jesús ante ese título, tal como se refiere en el Evangelio de Juan 18, 37 («Tú lo dices»), indica que él no lo habría
elegido para sí mismo.23 Para la mayoría de los historiadores la mención
de una inscripción o titulus de condena de Jesús de Nazaret de forma
unánime en los cuatro evangelios canónicos, es un dato consistente del carácter histórico de su crucifixión.2
En hebreo la frase es: ישוע הנצרי המלך היהודים (Yehshúa' Hanotsrí Hamélej Hayehudim, en el AFI:
[je'ʃuəʕ hanosʼri hameleχ hajehu'ðiːm]).
«para más inri», cuyo significado es «para mayor escarnio».
Igne
Natvra Renovatvr Integra, que significa «Por el fuego se renueva completamente la
naturaleza».
In Necis Renacere Integer, que significa «En la muerte renace intacto y
puro»
El 3 de enero de 1521 fue publicada en Roma la bula Decet Romanum Pontificem, por la que el papa León X excomulgaba
a Lutero.28
El emperador Carlos V inauguró la Dieta imperial de
Worms el 22 de enero de 1521. Lutero fue llamado a renunciar o
reafirmar su doctrina y le fue otorgado un salvoconducto para
garantizar su seguridad.
Lutero se presentó ante la Dieta el 16 de abril. Johann Eck,
un asistente del arzobispo de Tréveris, presentó a Lutero una mesa llena de
copias de sus escritos. Le preguntó a Lutero si los libros eran suyos y si
todavía creía en lo que esas obras enseñaban. Lutero pidió un tiempo para pensar
su respuesta, el cual le fue concedido. Lutero oró, consultó con sus amigos y
mediadores y se presentó ante la Dieta al día siguiente. Cuando se trató el
asunto en la Dieta, el consejero Eck le pidió a Lutero que respondiera
explícitamente: "Lutero, ¿rechaza sus libros y los errores que en ellos
se contiene?", a lo que Lutero respondió: «Que se me convenza mediante
testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón —porque no le creo
ni al papa ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado,
contradiciéndose a sí mismos— por los textos de la Sagrada Escritura que he
citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso
no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la
conciencia no es seguro ni saludable». De acuerdo con la tradición, Lutero
entonces dijo estas palabras: «¡No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura!
¡Que Dios me ayude!».29
En los siguientes días se hicieron conferencias privadas para
determinar el destino de Lutero. Antes de que la decisión fuese tomada, Lutero
abandonó Worms. Durante su regreso a Wittenberg desapareció.30
El emperador redactó el Edicto de Worms el
25 de mayo de 1521, declarando a Martín Lutero prófugo y hereje, y prohibiendo
sus obras.31
https://www.youtube.com/watch?v=48piQr9O0mk&t=28s
https://www.youtube.com/watch?v=f4LoKBAI0Xk&t=1876s
https://www.youtube.com/watch?v=N6D6iuLMCxU
https://www.youtube.com/watch?v=fcE5HgVPKfw
https://www.facebook.com/photo/?fbid=767509851846945&set=a.535471941717405
Desgraciados
Ya va a venir el día; da
cuerda a tu brazo, búscate debajo
del colchón, vuelve a pararte
en tu cabeza, para andar derecho.
Ya va a venir el día, ponte el saco.
Ya va a venir el
día; ten
fuerte en la mano a tu intestino grande, reflexiona,
antes de meditar, pues es horrible
cuando le cae a uno la desgracia
y se le cae a uno a fondo el diente.
Necesitas comer,
pero, me digo,
no tengas pena, que no es de pobres
la pena, el sollozar junto a su tumba;
remiéndale, recuerda,
confía en tu hilo blanco, fuma, pasa lista
a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato.
Ya va a venir el día, ponte el alma.
Ya va a venir el
día; pasan,
han abierto en el hotel un ojo,
azotándolo, dándole con un espejo tuyo…
¿Tiemblas? Es el estado remoto de la frente
y la nación reciente del estómago.
Roncan aún… ¡Qué universo se lleva este ronquido!
¡Cómo quedan tus poros, enjuiciándolo!
¡Con cuántos doses ¡ay! estás tan solo!
Ya va a venir el día, ponte el sueño.
Ya va a venir el
día, repito
por el órgano oral de tu silencio
y urge tomar la izquierda con el hambre
y tomar la derecha con la sed; de todos modos,
abstente de ser pobre con los ricos,
atiza
tu frío, porque en él se integra mi calor, amada víctima.
Ya va a venir el día, ponte el cuerpo.
Ya va a venir el
día;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas,
y, por tu orgullo clásico, las hienas
cuentan sus pasos al compás del asno,
la panadera piensa en ti,
el carnicero piensa en ti, palpando
el hacha en que están presos
el acero y el hierro y el metal; jamás olvides
que durante la misa no hay amigos.
Ya va a venir el día, ponte el sol.
Ya viene el día;
dobla
el aliento, triplica
tu bondad rencorosa
y da codos al miedo, nexo y énfasis,
pues tú, como se observa en tu entrepierna y siendo
el malo ¡ay! inmortal,
has soñado esta noche que vivías
de nada y morías de todo…
https://www.congreso.gob.pe/Docs/FondoEditorial/bicentenario/Tupac_Amaru_1/Tupac-Amaru-volumen-1.pdf
«Solamente tú y yo somos
culpables, tú por oprimir a mi pueblo, y yo por tratar de liberarlo de
semejante tiranía. Ambos merecemos la muerte.».
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