martes, 12 de abril de 2016

Hoy lo que toca es destruir a la izquierda en el Perú y el mundo.

          Hoy lo que toca es destruir a la izquierda en el Perú y el mundo.

Es esta izquierda la que le ha hecho la mayor propaganda al fujimorismo, es esta izquierda que nos tienes podridos con su manipulación de los muertos de la guerra, es esta la izquierda liberal, caviar, social demócrata, la que ayer gano su puesto en el sistema, y se siente contenta de haberlo logrado.
A esta izquierda hay que destruirla
En 20 años de reconstrucción de la izquierda, después del debacle de la guerra interna, lucharon muchas posiciones  entre ecologistas, Trosquistas, Anarquistas, Mariateguistas, indigenistas, maoístas, liberales, nacionalistas, Velazquistas, y al final de esa batalla el sistema conformo la izquierda liberal, fue el sistema el que la conformo con el miedo, configurando una izquierda sin fundamento ideológico, una izquierda electorera, y sin sueños, una que acepta la inversión privada, el país primario exportador y que cree que la cuestión está en formalizar el Perú, y combatir la corrupción, una izquierda mediática, demagógica, incapaz de dar la lucha, permanentemente victimizándose, recordando los muertos, manipulando los sentimientos sin importarle realmente el dolor, al final una izquierda postmoderna, vacía que nada en su propia vacuidad.
Hoy a esa izquierda hay que destruirla, porque es solo paja.

Esa izquierda es la culpable, incapaz de formarse una propia identidad, con un proyecto propio, le hace la propaganda al fujimorismo, poniéndolos como los malos de la película, tomando a Montesinos como el gran chivo expiatorio, como si en el Perú hubiera habido democracia, y como si lo que hubiera disuelto Fujimori hubiera sido un gran congreso y no más bien lo que fue, una politiquería barata incapaz de hacerle frente a Sendero  y a la globalización, pero esa izquierda liberal quiere defender una institucionalidad que jamás existió, una democracia que jamás funciono, un estado de derecho que siempre fue el derecho de pocos sobre muchos,  una izquierda conservadora que en vez de levantar la bandera de la revolución, levanta la bandera de institucionalidad, de inclusión.
A esta izquierda onegeista hay que destruirla.
Así hable quechua, así se vista como una indígena, así haya nacido en el Perú profundo, esta izquierda no tiene nada que ver con nuestra realidad, se formó en el extranjero y sueña con el modelo francés con el modelo brasileño, creen que es posible tener una burguesía dirigente que respete los derechos laborales  y que se sienta identificada con su país, es decir creen que en el capitalismo puede haber justicia social y esa es la principal mentira de todas, creen que en el capitalismo podremos pasar a ser Singapur podremos desarrollarnos, y esa es una mentira saben bien que estamos elegidos como primario exportadores, lo saben, saben que en el capitalismo jamás nos dejaran levantar cabeza, lo saben, nuestra gran maldición es tener recursos, pero saben también que estando en el poder algo de eso les caerá. Que su ong será financiada, que la mina les pagara para que no hagan tanto chongo, es decir saben que la protesta es rentable, han hecho de ella su negocio.
Por esto a esta izquierda hay que destruirla hoy más que nunca.
Ya que encontraron por fin a su mis Simpatía , ya que encontraron por fin a su cara mediática, ya que por fin pueden entrar al sistema a ocupar su tercer puesto dentro de él, ya que ahora si pueden ser los mediadores entre el pueblo insurgente y el gobierno, hoy más que nunca a ellos hay que destruirlo, porque ellos son los culpables de mantener el sistema, ellos son los culpables de que no soñemos siquiera con un real cambio, ellos son los que inoculan el miedo, ellos y ellas la gran mayoría clase medieros que no quieren ningún cambio. Solo un puesto dentro del capitalismo tardío.
Pero ¿Como los destruimos?
Confrontándolos en sus bases, dejando de lado el debate mediático de lo políticamente correcto para entrar en un debate profundo de ideas a un nivel filosófico y veremos que no son nada, que no pasan del programa social, de la demagogia, al final tendremos a unos liberales que no quieren aceptar que los derechos humanos que tanto propugnan son imposibles dentro del capitalismo, unos liberales que no quieren aceptar que su libertad hace rato es esclavitud en el capital, unos liberales muertos de miedo que no quieren aceptar que los cambios profundos no se hacen en las elecciones sino en la lucha en las calles.
Ese día, este 5 de abril éramos tantos, fácilmente hubiéramos podido paralizar el país, fácilmente hubiéramos podido acabar con el fraude del proceso electoral, pero o la izquierda sabiendo que había fraude acepto el proceso, acepto el sistema con toda su corrupción, ¿Por qué? Porque quería su pedazo de torta.
Hoy toca destruir a la izquierda y sobre su tumba edificar una izquierda nueva, así que nada de unidad, nada de que el fujimorismo es nuestro principal enemigo, noooo!!!, nuestro principal enemigo es esta izquierda fujimorista a la que hay que destruir, atrás de ella hay una izquierda materialista que tiene coherencia y radicalidad, que es algo, pero que no ha aprendido nada y que quiere volver a repetir  el terror y la muerte y luego una fascismo nacionalista indigenista que puedo tomar mucho más fuerza pero que al fin y al cabo sería una nueva derecha y no una nueva izquierda, nosotros proponemos una izquierda sacra, espiritual que sea capaz de pasar por el infierno de la violencia sin mancharse las manos con ella, que esté dispuesta a la desobediencia civil y a la insurgencia pacifica, a la constante alteración de sistemas, hasta lograr un comunismo complementario que sabemos que será muy difícil, pero que creemos como única salida, lo otro es esperar a que el sistema acabe con todos nuestros recursos, destruya más el tejido social volviéndonos cada vez más violentos, contamine y destruya nuestra naturaleza , una vez que se acaben los recursos veremos lo que hemos construido, veremos que en 200 años no hemos logrado ser nación, ni país, y que nuestro estado siempre ha sido uno formal central limeño cuya única razón de existencia es oprimir al Perú profundo.
Hoy nos toca destruir a la izquierda liberal, y construir una izquierda libre, radical, comunista, espiritual que venza el miedo, que tenga el valor de hacer una revolución.
Esta nueva izquierda lo único que realmente les puede ofrecer es la muerte y la cárcel si queremos realmente un amanecer nuevo.